En 2018 el Tribunal de Justicia de la Unión Europea dictaminó que los organismos obtenidos por mutagénesis debían ser equiparados normativamente a los organismos modificados genéticamente. Desde entonces, la comunidad científica, los Estados miembro y el sector agroalimentario ha pedido sin descanso que no sean equiparadas ya que no son lo mismo. En sus exigencias se incluía una revisión normativa de la legislación actual ya que no se ajusta a la realidad de las nuevas técnicas de edición genómica. Ante esta situación, la Comisión Europea encargó un estudio para analizar la situación y que sirva como base para determinar el futuro de la edición genética europea.

Las conclusiones de este estudio han sido publicados hoy, 29 de abril de 2021, encontrando que la legislación actual sobre organismos modificados genéticamente (adoptada en 2001) no es adecuada para el propósito de estas nuevas técnicas. Se han identificado “limitaciones en la capacidad de la legislación para seguir el ritmo de los avances científicos, causando desafíos de implementación e incertidumbres legales”. Además, el estudio reconoce el valor que estas técnicas tienen para contribuir a un sistema alimentario más sostenible como parte de los objetivos del Pacto Verde Europeo y la Estrategia de la Granja a la Mesa. Resaltando que cualquier política adicional debe tener por objetivo permitir que estas nuevas técnicas de edición genética contribuyan a la sostenibilidad.

El estudio de la Comisión Europea afirma que “hay fuertes indicios de que la legislación actual no es adecuada para algunas de las nuevas técnicas de edición genética y sus productos, y que (la legislación) debe adaptarse al progreso científico y tecnológico.” Concluye además que puede no estar justificado aplicar diferentes niveles de supervisión regulatoria a productos similares con niveles similares de riesgo, como es el caso de las plantas obtenidas de manera convencional a través de las nuevas técnicas de edición genética. Se resalta también la necesidad existente de informar más a la sociedad sobre estas tecnologías y evaluar la percepción social en torno a ellas.

Sobre estas herramientas el estudio afirma “son un conjunto muy diverso de técnicas y pueden lograr resultados diferentes, siendo algunos productos vegetales tan seguros como las plantas obtenidas de forma convencional para la salud humana y animal y para el medio ambiente”. La comisionada de Salud y Seguridad Alimentaria, Stella Kyriakides, ha afirmado que “con la seguridad de los consumidores y el medio ambiente como principio rector, ahora es el momento de mantener un diálogo abierto con los ciudadanos, los Estados miembros y el Parlamento Europeo para decidir conjuntamente el camino a seguir para el uso de estas biotecnologías en la Unión Europea”.

 

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