A través de la Red Europea Agricultura Sostenible mediante Edición Genética (EU-SAGE, por sus siglas en inglés), 134 institutos y sociedades científicas han pedido a la Comisión Europea que los cultivos editados genéticamente no sean considerados organismos modificados genéticamente (OMGs). “La comunidad científica representada por EU-SAGE señala la necesidad de que se promueva un estatus regulatorio proporcionado y no discriminatorio para los cultivos mejorados mediante edición genética en la legislación europea”. Por ello piden que el estudio que está realizando la Comisión Europea sobre la situación de las técnicas genómicas avanzadas siente las bases de un enfoque armonizado a nivel internacional para la regulación de estos cultivos.

La EU-SAGE y las organizaciones que han apoyado su comunicado afirman que los cultivos mejorados mediante edición genética en los que se han introducido alteraciones que puedan darse espontáneamente o resultar de actividades de mejora convencionales no deben someterse a las disposiciones de la legislación de la UE sobre OMGs. Explican que esta legislación actúa de facto como una prohibición, como declaró recientemente el ministro francés de Agricultura, Julien Denormandie: “Las nuevas técnicas de mejora no son OGMs”.

Además recuerdan que en todo el mundo, los países han adoptado o están revisando sus regulaciones para el caso de los cultivos con genomas editados, de forma que sean más “adecuadas a sus fines”, como se muestra en el mapa de la derecha (pinchar para ver a tamaño completo). Varios cultivos editados genéticamente, así como sus productos derivados, están entrando en el mercado mundial, y muchos más están en desarrollo.

En este enlace de BIOVEGEN podéis consultar todas los institutos y centros españoles que han firmado el documento. Y aquí la petición de EU-SAGE.

TECNOLOGÍA CRISPR

Explican que desde el año 2012, la edición genética basada la tecnología CRISPR se ha añadido al conjunto de herramientas de que disponen los mejoradores de plantas, lo que ha revolucionado nuestra capacidad para mejorar los cultivos. En el año 2020 el Premio Nobel de Química fuera otorgado a las Profesoras Emmanuelle Charpentier y Jennifer A. Doudna precisamente por desarrollar la tecnología CRISPR para la edición de genomas, destacando su potencial sin precedentes y su impacto en la sociedad.

CRISPR es un sistema de origen natural que fue adaptado para convertirse en una revolucionaria tecnología de mejora genética que permite obtener de forma muy precisa, eficiente y rentable variedades vegetales nuevas y mejoradas. Por ejemplo, ha dado lugar a variedades de cultivos que se autoprotegen contra las enfermedades, evitando así la aplicación de grandes cantidades de agroquímicos, preservando sus características tradicionales, y garantizando su calidad alimentaria.

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