En el marco del simposio ‘Edición Genómica de Cultivos’Ana Judith Martín de la Fuente (Dirección General de Producciones y Mercados Agrarios y Subdirección General de Medios de Producción Agrícola y OEVV) analizó el panorama regulatorio mundial de las nuevas técnicas de edición genética, explicando con detalle la situación europea. En su intervención resaltó que desde España se ha pedido a la Comisión Europea un cambio regulatorio para estas técnicas y se ha llamado la atención en el riesgo existente de bloquear la trasferencia tecnológica si siguen siendo reguladas con una legislación que no se adapta a las característias de esta nuevas tecnologías.

Arrancó exponiendo el diverso panorama mundial regulatorio en torno a estas tecnologías. Explicó que por un lado hay un grupo de países (Argentina, Estados Unidos…) que han basado su legislación en un enfoque centrado en las características del producto. Hay un segundo bloque (Japón, India y Australia) que valoran las características del producto y la técnica. Y luego está la Unión Europea y Nueva Zelanda que los regulan como transgénicos. Para analizar el panorama europeo hizo referencia a las conclusiones del reciente estudio de la Comisión Europea sobre la situación legal de estas tecnologías.

“Un estudio que destaca el potencial de estas tecnologías para la estrategia DE LA GRANJA A LA MESA y que también ha puesto de manifiesto la enorme polarización europea en torno a estas tecnologías”, reconocía Ana Judith. Entre las conclusiones también se encuentra la necesidad de abrir un debate con los ciudadanos y las instituciones europeas, y que estas tecnologías tienen una notable importancia para el sector de la investigación, innovación y desarrollo.

El estudio también advierte del riesgo de que se desincentive su uso si permanecen reguladas como los transgénicos. “Una cuestión que se comparte desde España y que hemos trasladado a la Comisión Europea indicando que se ha incrementado notablemente el número de proyectos que usan estas tecnologías, y que nos preocupa la pérdida de competitividad y el bloqueo a la transferencia tecnológica”, explica Ana Judith.

En esta línea reconoció que el estudio de la Comisión Europea ha puesto de manifiesto que no todas las técnicas se pueden meter bajo el mismo paraguas en términos de seguridad. “El foco ha de ponerse sobre las características del producto”, explicó, además de recordar que “estamos ante una legislación del año 2001 que no se adapta a las características de esta nuevas tecnologías y especialmente a los desarrollos obtenidos”. Concluyó recordando que la ciencia es clave dentro de la Unión Europea y no como una cuestión independiente, sino dentro de otras políticas.

 

Compartir en redes sociales

Array