En mayo de 2020 la Comisión Europea presentó el primer borrador de la Estrategia para la Biodiversidad 2030. Un proyecto cuyo objetivo de la estrategia es el de proteger y recuperar la naturaleza, marcando acciones y principios que ayuden a conservar la biodiversidad. Esta estrategia se complementa con la conocida Estrategia De la Granja a la Mesa, de la que hablaremos en profundidad en otra ocasión.

La Estrategia para la Biodiversidad 2030 señala que la naturaleza procura al hombre alimentos, medicamentos, materias primas y ocio, además de contribuir a la salud y bienestar social. La mitad del producto interior bruto mundial, 40 billones de euros, depende de la naturaleza [1]. Un ecosistema sano es capaz del filtrar el aire y el agua, contribuir al mantenimiento del equilibrio climático, transformar residuos en recursos, polinizar y fertilizar los cultivos, y mucho más.

El primer borrador de la Estrategia para la Biodiversidad 2030 define objetivos para que sean debatidos, para posteriormente marcar las acciones necesarias. Aunque el documento no la mencione, la biotecnología debería jugar un papel clave para para conservar la biodiversidad y conseguir una mayor sostenibilidad. Metámonos en faena. Veamos los retos a los que se enfrenta la biodiversidad y los objetivos que quiere marcarse la Unión Europea.

LA PÉRDIDA DE BIODIVERSIDAD

La humanidad está haciendo que la naturaleza esté desapareciendo como nunca antes sucedió. La pérdida de biodiversidad y la crisis climática son interdependientes. Si una se agrava, la otra sigue la misma tendencia. Se calcula que el mundo ya perdió entre 3,5 y 18,5 billones de euros al año en servicios ecosistémicos de 1997 a 2011, y entre 5,5 y 10,5 billones de euros al año por la degradación de la tierra [2]. Por eso es tan importante el esfuerzo diario por lograr una actividad humana sostenible.

CONSERVACIÓN DEL SUELO EN LA ESTRATEGIA PARA LA BIODIVERSIDAD

La Estrategia para la Biodiversidad 2030 busca frenar al máximo esta desaparición de la naturaleza para poder recuperar bosques, suelos y humedales. Pretende también crear espacios verdes en las ciudades que ayuden a mitigar los efectos del cambio climático. Sin olvidarse de la seguridad alimentaria, para la que también es fundamental la biodiversidad, más en un planeta con una población en constante crecimiento que demanda cada vez más del sistema agroalimentario.

PRINCIPALES ESTRATEGIAS SOBRE BIODIVERSIDAD

La Estrategia para la Biodiversidad 2030 se marca los siguientes objetivos:

  • Crear zonas protegidas en al menos el 30% del suelo y los mares de Europa
  • Restaurar en toda Europa los ecosistemas marinos y terrestres degradados.

Para conseguir este último objetivo el documento establece los siguientes principios:

  • Extender la agricultura ecológica y los elementos paisajísticos ricos en biodiversidad en las tierras agrícolas
  • Detener e invertir la disminución de los polinizadores
  • Reducir el uso y el riesgo de los fitosanitarios en un 50 % para 2030
  • Restablecer al menos 25 000 km de ríos de flujo libre en la UE
  • Plantar 3 000 millones de árboles para 2030

BIOTECNOLOGÍA PARA LA BIODIVERSIDAD

Llama la atención que la Estrategia para la Biodiversidad 2030 se marque como objetivo impulsar un único modelo agrario, cuando lo que debería impulsar son todos los modelos agrarios sostenibles. Solo un dato. Un reciente estudio ha concluido que el freno a los cultivos biotecnológicos en Europa ha provocado en una emisión extra de 33 millones de toneladas de CO2 al año [3].  Esto equivale al 7,5% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) de todo el sector agrícola europeo, aproximadamente lo que podrían emitir cada año entre 10 y 20 centrales eléctricas de carbón.

La biotecnología agraria no solo es sostenible, sino que además permite adaptar variedades de plantas para que puedan hacer frente a los efectos que ya está sufriendo el sector a consecuencia del cambio climático. Un modelo agrario que permite incrementar la producción sin tener que incrementar la superficie de cultivo, evitando así la destrucción de biodiversidad y haciendo frente al reto de la seguridad alimentaria.

Lo mismo ocurre con los productos fitosanitarios, las medicinas de las plantas. Los agricultores los necesitan para asegurar la producción de sus cultivos. Entre el 20 y el 40 % de la producción agrícola potencial del mundo ya se pierde anualmente debido a los efectos de las malezas, plagas y enfermedades [4].Una necesidad común de todos los modelos agrarios, incluida la agricultura ecológica, que también utiliza sustancias y principios activos fitosanitarios.

La Estrategia para la Biodiversidad está centrada en reducir el impacto humano sobre la biodiversidad, y en el caso de los productos fitosanitarios debería ser igual. Establecer medidas e invertir en investigación para conseguir reducir el impacto de estos productos esenciales para la actividad agraria, una tarea en la que el sector lleva muchos años trabajando, buscando siempre productos más sostenibles y respetuosos con el medioambiente. Prohibir su uso estaría oprimiendo a un sector esencial que además tiene que competir en un mercado globalizado.

SEGURIDAD ALIMENTARIA EN LA ESTRATEGIA PARA LA BIODIVERSIDAD

UN RETO QUE DEMANDA DIVERSIDAD DE HERRAMIENTAS

Los retos que se plantea la Estrategia para la Biodiversidad no se les puede hacer frente con un único modelo de producción o con una única herramienta. Europa necesita apostar por todas las tecnologías y modelos sostenibles que ayuden a conservar los ecosistemas asegurando alimentos para todos.

La UE y los gobiernos nacionales deberían apoyar el desarrollo de sistemas agrícolas sostenibles y resilientes. La sostenibilidad de cualquier sistema agrícola, independientemente del modelo adoptado, depende en gran medida de las herramientas de que dispone el agricultor y de cómo se utilizan. Los modelos agrícolas deben desarrollarse más para ser verdaderamente sostenibles y reducir la huella ambiental.

La innovación es esencial para abordar la sostenibilidad y la resiliencia de los sistemas agrícolas. No existen soluciones mágicas para abordar los desafíos que enfrentamos hoy. La agricultura digital, nuevas semillas innovadoras y las tecnologías de protección de cultivos serán clave para convertir la agricultura europea en el estándar mundial de sostenibilidad. Si se reconoce que las tecnologías son una forma de lograr los objetivos del Pacto Verde Europeo, los agricultores contarán un fuerte incentivo para llevarlas a sus explotaciones y así mejorar las prácticas agrícolas y su progreso.

SOSTENIBILIDAD EN LA ESTRATEGIA DE LA BIODIVERSIDAD 

Para ser plenamente sostenible, la UE debe establecer objetivos claros y medibles para la biodiversidad, la contaminación ambiental, la calidad de los alimentos, la seguridad alimentaria, los ingresos agrícolas, la competitividad de la agricultura y el uso de los recursos naturales. Esto es esencial para evaluar si estas acciones conducirán al resultado de sostenibilidad deseado.

La biotecnología agroalimentaria es una de las herramientas que puede ser clave para la conservación de la biodiversidad, la lucha contra el cambio climático y para la seguridad alimentaria. En los próximos días analizaremos detalladamente en la web qué puede aportar la biotecnología agroalimentaria a la Estrategia para la Biodiversidad 2030.


REFERENCIAS:

[1] Foro Económico Mundial (2020) Nature Risk Rising: Why the Crisis Engulfing Nature Matters for Business and the Economy

[2] Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) (2019) Biodiversity: Finance and the Economic and Business Case of Action

[3] Alliance For Science (2021) EU’s refusal to permit GMO crops led to millions of tonnes of additional CO2, scientists reveal

[4] FAO (2019) New Standards to curb the global spread of plant pests and diseases

 

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