asaja cadiz I semana biotecnologia

En el marco de la Semana Europea de la Biotecnología, ASAJA Cádiz celebró ayer la ‘I Jornada de Biotecnología’ en la que se analizó el presente y el futuro de la biotecnología en la Unión Europea. La jornada contó con las intervenciones de Pedro Gallardo (Vicepresidente de Asaja-Cádiz), Francisco Barro (Investigador del CSIC creador de trigo biotecnológico sin gluten, ponencia que abordamos en un post independiente) y Soledad de Juan (Directora de la Fundación Antama).

Los ponentes resaltaron la necesidad de que la Unión Europea se abra a la biotecnología agraria y alimentaria para que sus agricultores puedan ser competitivos y los consumidores puedan beneficiarse de los cultivos modificados genéticamente con mejoras nutricionales, la nueva generación de la biotecnología agraria.

Pedro Gallardo puso en valor la biotecnología agraria reconociendo que es una oportunidad de mercado que los agricultores no pueden rechazar y que deben exigir tener acceso a ella. Una tecnología cuya decisión de apuesta se debe basar exclusivamente en evidencias científicas y no en argumentos políticos.

asaja cadiz transgenicos biotecnologia

Soledad de Juan criticó la posición de la Unión Europea ante la biotecnología agraria que, en base a argumentos no científicos está frenando su desarrollo impidiendo a sus agricultores competir en condiciones de igualdad. Y es que la Unión Europea tiene aprobados 47 eventos biotecnológicos: 45 para importación, procesado, piensos y alimentación y sólo dos para su cultivo. “Ésto es un agravio comparativo para el sector agrario europeo”, resaltó.

“La biotecnología agraria forma parte de nuestro día a día desde hace 18 años, no es algo nuevo de lo que la gente deba extrañarse (…) Con el rechazo a esta tecnología estamos haciendo que nuestros agricultores pierdan competitividad y perjudicando a África que mira a Europa para definir sus estrategias agraria”, afirmó Soledad de Juan.

soledad de juan transgenicos biotecnologia

Pedro Gallardo recordó el caso de Rumanía, país que antes de entrar a formar parte de la Unión europea cultivaba 240.000 hectáreas anuales de soja modificada genéticamente. Con su entrada en el marco comunitario y al no estar aprobado el cultivo de dicha soja en tierras europeas la superficie de soja cultivada en Rumanía no supera las 10.000 hectáreas a día de hoy ya que no puede cultivar soja biotecnológica. “Si no hay innovación no habrá futuro”, reconoció.

En esta línea, Soledad de Juan rechazó la reforma que va a llevar a cabo la Unión Europea para la aprobación de organismos modificados genéticamente (OMGs), una normativa que permitirá a los Estados miembros vetar los OMGs en su territorio pese a que estén autorizados a nivel comunitario y cuenten con los avales científicos de seguridad pertinentes. “Permitir prohibir una tecnología por argumentos no científicos provoca un estado de inseguridad total para el sector“, resaltó.

Para finalizar, Pedro Gallardo resaltó la viabilidad de la coexistencia de cultivos y la necesidad y el derecho de los agricultores españoles y europeos de apostar por una tecnología por la que apuestan sus competidores en un mercado cada vez más globalizado.

Compartir en redes sociales