Con motivo del webinar ‘El futuro alimentario: Impacto de las nuevas tecnologías’, organizado por La Trilla de Capital Radio y la Asociación Nacional de Obtentores Vegetales (ANOVE), expertos nacionales analizaron el marco regulatorio de las técnicas de mejora genética en la Unión Europea. Moderado por Juan Quintana Cavanillas, el webinar contó con la participación de Judith Martín (Secretaria Consejo Interministerial de OMGs), Pedro Gallardo (Presidente ALAS) y Antonio Villarroel (Director General ANOVE).

Antes de entrar en materia, Antonio Villarroel quiso recordar que la base de la agricultura desde sus orígenes es la domesticación de las plantas. Una domesticación que durante milenios se hizo por instinto, por prueba y error, pero que ahora con las nuevas técnicas de mejora vegetal se hace de una forma precisa y segura. Técnicas que permiten al sector hacer frente a los retos a los que se enfrenta el sector productivo.

“Tenemos un problema: cómo producir alimentos de manera sostenible para 9.5000 millones de habitantes que podremos llegar a ser en los próximos 40 años“, resaltó Villarroel, sin olvidarnos que hay que hacer frente a este reto “sabiendo que se nos ha acabado la tierra, sintiendo las amenazas del cambio climático, e intentando preservar la biodiversidad”. Retos ante los que la tecnología es necesaria, si no no se podrá producir más con menos.

EL MARCO REGULATORIO

Judith Martín afirmó que “nos enfrentamos a grandes retos y ninguna tecnología se puede quedar por el camino”. Resaltó la importancia de que el voto de España en esta materia siempre se basa en criterios científicos, buscando un consenso y dando voz a la ciencia gracias a la Comisión Naconal de Bioseguridad. Un criterio con base científica que España sigue manteniendo con las nuevas técnicas de edición genética. No es la primera vez que desde el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación defienden el criterio científico.

Judith reconoció que “tenemos un marco legal de hace 20 años” y que hay que adaptarlo a las nuevas tecnologías. Remarcó que esto no quiere decir que haya que cambiarlo por completo, “pero hay que revisarlo y buscar una legislación que esté adaptada al progreso científico y tecnológico, que esté adaptada a todo el avance científico que ha ocurrido en estos 20 años“. La legislación a la que se somete las nuevas técnicas de edición genética es a la de los transgénicos, un texto legal de hace 20 años.

Señaló que la Comisión Europea coincide en que el sistema legal actual de las técnicas de edición genética no está adaptado y que necesita ser revisado. “Todos coincidimos en que mejorar es algo bueno y en que es necesario adaptase al proceso científico y tecnológico“.

LOS AGRICULTORES EUROPEOS

Pedro Gallardo señaló que de 1964 a 2014 la Unión Europea tiene un 27,2% menos de tierra disponible, y resaltó que “estas tecnologías (biotecnológicas) son las únicas que nos van a permitir afrontar los retos del cambio climático con garantías”. Pero dejó claro que el sector europeo no pude ser compitiendo sin las mismas herramientas que sus competidores. “No pueden hacernos perder más tiempo, tenemos que ir a la vanguardia de la tecnología“.

Y recordó el sinsentido del caso de los cultivos modificados genéticamente o transgénicos. “No tiene sentido que no se pueda producir transgénicos en Europa (salvo uno, el maíz Bt) pero que sí se puedan traer de terceros países. Si se puede importar se debería poder producir. No queremos que pase lo mismo con la edición genética”, recalcó Gallardo.

Por todo ello pidió que “la UE abandone la ambigüedad en torno a estas técnicas y que garanticen una democratización de estas tecnologías”. Como Presidente de ALAS exigió que las autoridades europeas marquen un nuevo marco regulatorio para las técnicas de edición genética y que éste esté basadas en el criterio científico. “Ya perdimos un tren con los transgénicos y no podemos perder este nuevo tren, porque si lo hacemos perderemos a un sector competitivo como el europeo y vamos a depender demasiado del exterior”.

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