
Un nuevo estudio realizado por Liam Dolan y Frédéric Berger en el Instituto Gregor Mendel (GMI) de Biología Molecular de Plantas conecta los datos climáticos con la variación genética, arrojando luz sobre cómo las plantas como Marchantia polymorpha se adaptan a diferentes condiciones climáticas.
Comprender cómo las plantas se adaptan naturalmente a diferentes entornos es esencial para predecir sus respuestas al cambio climático, lo que en última instancia puede ayudar a desarrollar cultivos más resilientes. La investigación de Dolan y Berger utilizó la genética de poblaciones junto con datos climáticos globales para identificar variantes genéticas que contribuyen a la adaptación climática en M. polymorpha.
Los investigadores examinaron la genética de varias subpoblaciones regionales de M. polymorpha recogidas en Europa, América y Japón para crear una base de datos completa de genómica poblacional. Compararon las poblaciones de Europa y Japón e identificaron variantes genéticas relacionadas con temperaturas más cálidas y más frías en el verano y variaciones en las precipitaciones estivales. “Estas adaptaciones podrían ser cruciales para optimizar la reproducción en diferentes condiciones”, dijo Dolan.
Además, el estudio encontró que la variabilidad genética varía entre las poblaciones de M. polymorpha. Las subpoblaciones de diferentes regiones de Europa eran bastante similares entre sí, pero presentaban una alta diversidad genética entre plantas individuales. Por el contrario, las poblaciones japonesas geográficamente aisladas mostraban perfiles genéticos más uniformes, que eran distintos de los encontrados en Europa. Estos patrones sugieren que la adaptación al clima puede promover diferentes estrategias reproductivas en Europa y Japón, especialmente porque M. polymorpha y otros briófitos pueden reproducirse tanto sexual como asexualmente.
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Fuente: ISAAA