El pasado día 20 de febrero el Gobierno Vasco ha declarado la CAPV como ‘zona libre’ de cultivos transgénicos para la alimentación humana y animal. La razón fundamental parece ser que la introducción de cultivos transgénicos “amenazaría no sólo la agrobiodiversidad, sino también la apuesta por la calidad”. Esta apuesta por la calidad consiste en “poner en valor las formas tradicionales de cultivo a través de una estrategia de diferenciación de productos de calidad”. Aunque no lo diga expresamente, el texto de esta declaración transmite al lector sin lugar a dudas que la calidad de los cultivos transgénicos y los alimentos derivados de ellos deja mucho que desear.

Recordamos que antes de que se apruebe un cultivo transgénico para consumo humano y/o animal en la Unión Europea, la Autoridad Europea para la Seguridad Alimentaria (EFSA según sus siglas en inglés) evalúa rigurosamente los datos relativos a su calidad nutricional y su posible impacto ambiental (en los casos en que se solicita autorización para su cultivo). Esta evaluación individual de cada cultivo es, indudablemente, la más rigurosa y exigente de las que se realizan en el mundo.

Todos los cultivos aprobados hasta la fecha en la Unión Europea han sido declarados ‘tan seguros como los correspondientes cultivos convencionales’ por la EFSA. La Organización Mundial de la Salud, la FAO, y las Academias de Ciencias de muchos países están de acuerdo con esta afirmación. La legislación europea vigente exige una rigurosa evaluación individual (nutricional, toxicológica y alergénica, y ambiental) de cada uno de los cultivos transgénicos, pero no así de los cultivos convencionales ni de los productos de la agricultura ecológica, ninguno de los cuales se somete a evaluación, ni siquiera a ningún proceso de autorización antes de su cultivo.

Todos los cultivos autorizados se han sometido a pruebas de alimentación con una gran variedad de especies animales, no constatándose ningún efecto negativo en la salud del animal, ni en los productos derivados destinados a consumo humano (carne, huevos y leche). Los resultados de estos estudios están publicados en revistas científicas internacionales accesibles a cualquier lector interesado. Durante los 10 últimos años en los que en distintos países se han consumido cultivos transgénicos y los alimentos derivados de ellos no se ha podido constatar ningún efecto negativo en la salud de los consumidores como consecuencia de haber ingerido alimentos transgénicos.

Es necesario señalar que está demostrado que los cultivos transgénicos resistentes al ataque de los insectos (los llamados “cultivos Bt”) son más seguros que los correspondientes cultivos convencionales y orgánicos debido al extremadamente bajo nivel de fumonisinas que se pueden detectar en los primeros en comparación con el nivel que se detecta en los otros dos. Las fumonisinas son micotoxinas producidas por infecciones secundarias de hongos que penetran en la planta por las heridas causadas por el ataque de insectos.

Son cancerígenas e interfieren con la asimilación del ácido fólico, vitamina que previene malformaciones del tubo neural durante el desarrollo del feto. En los últimos años, en la Unión Europea se han retirado del mercado diversos alimentos, entre ellos varios lotes de harinas de maíz orgánico, por tener niveles excesivamente altos de estos compuestos (http://ec.europa.eu/food/food/rapidalert/archive_en.htm).

Los cultivos transgénicos que se comercializarán en un futuro próximo ofrecerán a los consumidores alimentos de una mayor calidad nutricional que los convencionales y orgánicos, con mayores niveles de vitaminas, antioxidantes, y aminoácidos esenciales. Los consumidores con menor poder adquisitivo podrán beneficiarse de aceites vegetales más saludables, con una composición de ácidos grasos rica en ácido oleico, muy similar a la del aceite de oliva, a precios asequibles.

Otros aceites vegetales cuya composición de ácidos grasos está modificada permitirán la fabricación de margarinas vegetales sin los nocivos ácidos grasos trans, ya que no será necesario hidrogenar los aceites de partida. El trigo sin gluten representará un gran alivio para las personas que sufren la enfermedad celíaca. De la misma manera, otros cultivos hipoalergénicos ofrecerán una mayor calidad de vida a las personas afectadas.

Desde el punto de vista del cuidado del medio ambiente, entendemos que cualquier reducción de la cantidad de pesticidas y herbicidas necesarios para obtener cosechas de calidad debe ser considerada como positiva, dado el grado de contaminación global del planeta. Además, determinados cultivos transgénicos permiten utilizar herbicidas menos tóxicos (lo cual incide positivamente en la mejora de la biodiversidad tanto vegetal como animal) y menos persistentes que los habituales, y también técnicas agronómicas de bajo laboreo que reducen significativamente la erosión del suelo.

De todo lo anterior se deduce que, en una apuesta por mejorar la calidad de los alimentos teniendo también presente el cuidado del medio ambiente, no se puede justificar científicamente el prescindir de los cultivos transgénicos. Antes de tomar la decisión que cada persona considere oportuna, los ciudadanos deben saber que los cultivos transgénicos aprobados hasta la fecha y los alimentos derivados de ellos son de gran calidad nutricional, a la vez que son respetuosos con el medio ambiente. Desconocemos las razones de fondo que han llevado al ejecutivo vasco a declarar la CAPV ‘zona libre de transgénicos’.

Quizá esté relacionado con lo que el editorial de Deia del 21 de febrero decía “… se esconden intereses ajenos que acaban derivando la rentabilidad de este tipo de cultivos a las grandes transnacionales que dominan este nuevo negocio porque poseen la capacidad técnica”. Si esta es la razón verdadera, y siguiendo con esta lógica, debemos esperar que pronto se declare la CAV como ‘zona libre de determinados fármacos’, o ‘zona libre de determinados automóviles’, entre otros productos, ya que también, en su mayoría, son producidos por “grandes transnacionales que dominan este mercado porque poseen la capacidad técnica”.

Mertxe de Renobales Scheifler
Catedrática de Bioquímica y Biología Molecular

Mª Angeles Martínez de Pancorbo
Catedrática de Biología Celular

Juan Carlos Ruiz de Gordoa
Profesor Asociado

Facultad de Farmacia
Euskal Herriko Unib. / Univ. del País Vasco
Vitoria-Gasteiz

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