Experto japonés en seguridad alimentaria ha escrito un artículo analizando la edición y modificación del genoma en plantas, analizando riesgos y oportunidades, concluyendo que estos cultivos son más seguros que los silvestres o convencionales. Se trata de Takeshi Yamazaki, presidente de la Society for the Science of Food Safety and Security (SFSS), una organización sin ánimo de lucro que estudia el pasado y presente de la seguridad e inocuidad de los alimentos, para crear debate sobre ello y debatir sobre la gestión de crisis o comunicación de riesgos, promover investigaciones y proporcionar información científicamente fiable.
Takeshi Yamazaki afirmó que comparar los cultivos modificados y editados genéticamente con los considerados “naturales” parece a priori que en materia de seguridad ganarán los segundos, pero no es así. Los cultivos modificados o editados genéticamente son más seguros que las variedades convencionales ya que la mejora realizada es totalmente controlada, algo que no ocurre con las variedades convencionales, donde se realiza un corte de genes al azar que puede escapar del conocimiento.
Además, afirma que los cultivos biotecnológicos tienen rendimientos significativamente mejorados. Característica que no solo es óptima en cuanto a producción de alimentos, no que también se ha contribuido a reducir esa brecha productiva respecto al incremento constante de la población. “Además, es innegable que los productos agrícolas que se consideran ‘naturales’ son en realidad aquellos cuyos genes han sido modificados artificialmente por la reproducción convencional”, matiza. Por lo tanto son cultivos más seguros y controlados.
Además resalta que en torno a esta tecnología hay muchas fake news, pero que no tienen aval científico alguno. Hablando concretamente de los alimentos, afirma que estas campañas de desinformación lo que buscan es desprestigiar una tecnología con un gran potencial para potenciar la imagen y ventas del resto. “Los expertos en seguridad alimentaria han realizado una rigurosa comparación de riesgos entre los alimentos biotecnológicos y los alimentos convencionales y han declarado claramente que no hay diferencia en su seguridad”, concluyó.