Científicos del World Vegetable Center en Taiwán (China), en colaboración con científicos de la Universidad de Valencia (España), están buscando los parientes silvestres de los cultivos domesticados, como la berenjena, para obtener variedades resistentes a los efectos del cambio climático. Las plantas domesticadas, a pesar de sus ventajas, tienen algunas debilidades. No son tan resistentes como muchos de sus parientes salvajes cuando se trata de resistir enfermedades, sequías y otros desafíos. Tampoco tienen la diversidad genética que permite a las poblaciones silvestres desplazarse. Todos los individuos son tan similares que lo que mata a uno, los mata a todos.

Los investigadores del World Vegetable Center han recolectado 89 nuevas variedades silvestres de berenjena que serán cultivadas en su centro en los próximos años. La idea es que cuando los investigadores encuentren una planta que pueda hacer frente a una plaga o que siga produciendo a pesar de los cambios en la temperatura, reproducirán esa variedad silvestre con una variedad estándar de cultivo domesticado. Si logran obtener un híbrido, lo seguirán refinando a lo largo de muchas generaciones.

El genetista Jaime Prohens y su grupo de investigación, en colaboración con los científicos españoles, ya han avanzado utilizando parientes de berenjenas silvestres de bancos de genes. Hasta la fecha han logrado obtener plantas híbridas fértiles de muchos cruces y, con algunos trabajos de laboratorio, han podido extraer semillas de algunos otros. Estos mezclarán los genes de la berenjena de nuevas maneras y los plantas más interesantes serán evaluados para analizar su resistencia a las plagas.

[FUENTE: PBS]

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