Un reciente informe de la consultora Rabobank vaticina una alta adopción de semillas de cultivos editados genéticamente en los próximos cinco a diez años. Los analistas agrícolas afirman que las tasas de adopción de esta tecnología superarán el 50% en dicho periodo, y afirman que tiene el potencial de beneficiar a toda la cadena de suministro de alimentos, desde los productores hasta los consumidores, incluyendo al medio ambiente.

“La tecnología de edición genética tiene el potencial de resolver problemas en la cadena de suministro de alimentos para todas las partes interesadas”, dijo Chia-Kai-Kang, analista de insumos agrícolas de Rabobank. “Puede aumentar la productividad de los cultivos sin expandir su superficie, reducir el desperdicio de alimentos, reducir las sustancias nocivas en los alimentos y reducir el uso de fitosanitarios, entre otras cosas”.

El informe de Rabobank, escrito por Chiai Kang, analista de insumos agrícolas y Stephen Nicholson, estratega global de granos y oleaginosas, advierte de que se deben superar varios desafíos para maximizar el potencial de la tecnología de edición genética. Incluyen “la complejidad de los rasgos de interés, el desempeño a menudo más inestable de los rasgos complejos, los riesgos potenciales a largo plazo o el acceso a la tecnología”. A diferencia de las semillas modificadas genéticamente (los conocidos como los transgénicos), que han estado en el mercado durante varias décadas, la edición genética es una tecnología nueva y totalmente distinta.

“La edición genética pone una nueva tecnología (CRISPR) sobre la mesa, que implica solo editar los genes existentes en la planta. Esto resuelve una de las mayores críticas a los transgénicos. El desarrollo de la edición genética brinda la oportunidad de presionar el botón de reinicio y reevaluar la política pública y cómo implementar nuevas tecnologías en el sector alimentario e involucrar y educar a todas las partes interesadas en la cadena alimentaria”, explica Kang.

Estados Unidos ha sido el favorito en términos de aplicaciones de edición genética, como lo fue con los cultivos transgénicos, señaló el informe. Según el Departamento de Agricultura de los EE. UU (USDA), se presentaron 169 solicitudes de productos editados genéticamente en los Estados Unidos entre 2011 y 2020. Estas solicitudes cubrían plantas para consumo humano, piensos, usos industriales y algunos microorganismos para la industria. Se espera que algunas de estas aplicaciones se comercialicen pronto.

“Los rasgos editados genéticamente pueden beneficiar a toda la cadena de suministro de alimentos, impactando directamente a los agricultores y las empresas de insumos agrícolas, pero también a la industria y los consumidores de granos y semillas oleaginosas”, dijo Kang. Más información en World Grain, Chilebio y RaboBank.

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