El proyecto de ley sobre los organismos genéticamente modificados (OGM), destinado a transponer en la legislación francesa una directiva europea de 2001, recibió ayer la aprobación definitiva del Parlamento, según informa EfeAgro.

La futura norma, que surgió del debate nacional del pasado otoño sobre el medio ambiente, reconoce la libertad de consumir y producir “con o sin OGM”.

Su objetivo es clarificar las condiciones de cultivo de plantas transgénicas y su coexistencia con los cultivos tradicionales, en cumplimiento de la citada directiva europea de 2001 sobre los OGM.

El ministro de Ecología, Jean-Louis Borloo, argumenta que el texto respeta “los principios de equilibrio” adoptados en el debate nacional sobre el medio ambiente, y asegura que “encuadrará los OGM de la forma más rigurosa y protectora posible”.

La oposición de izquierdas y los ecologistas afirman que el texto es demasiado favorable a los pro OGM y va en contra de los principios adoptados en el citado debate nacional.

El Senado aprobó el texto por 183 votos a favor (los de la mayoría conservadora, esencialmente) y 43 en contra, dos días después de que, en un ambiente muy tenso, lo adoptase la Cámara de los diputados por 289-221 votos.

Los senadores socialistas decidieron no participar en la votación en el Senado, mientras que los comunistas y Verdes votaron en contra, al término de un debate que transcurrió en un ambiente tranquilo.

La historia del proyecto de ley sobre los OGM, que ha dado lugar a episodios embarazosos para el partido conservador, UMP, del presidente francés, Nicolas Sarkozy, y el Gobierno, no ha terminado: la oposición de izquierdas ha indicado que recurrirá el texto mañana mismo ante el Consejo Constitucional.

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