El Instituto británico Adam Smith ha publicado un artículo titulado Splice of Life: The Case of GMOs and Gene Editing’ en el que se analizan dos décadas de investigación sobre los beneficios de adopción de los cultivos modificados genéticamente o transgénicos. El documento, elaborado por Cameron English, Director de Biociencias del Consejo Estadounidense de Ciencia y Salud, destaca que el Reino Unido está avanzando en la dirección correcta al trabajar en conseguir unas regulaciones más flexibles en torno a la biotecnología.

Recordemos que el pasado mes de enero, se presentaron las nuevas reglas que determinarán la investigación en edición genética en plantas en Reino Unido. Reglas que según los ministros británicas reducirán los trámites burocráticos innecesarios en la investigación de edición de genes y ayudarán a desarrollar nuevas variedades de cultivos que requieran menos fitosanitarios, que tenga menos impacto en el medio ambiente y que brinden una mejor nutrición.

En 2021 un informe concluía que Reino Unido podría asumir un papel de liderazgo en la configuración de la regulación que permitirá la comercialización de productos innovadores y seguros que utilizan tecnologías de edición genéticaY señalaba cómo podría aprovechar su salida de la Unión Europea para reestructurar la regulación y hacerla más proporcional a los riesgos y beneficios, además de brindar más certeza a las empresas que buscan invertir en estas tecnologías. De hecho, Reino Unido ya se encuentra haciendo ensayos de campo con variedades de cultivo editadas genéticamente.

El reciente informe del Instituto Adam Smith destaca los siguientes puntos sobre la necesidad del Reino Unido de apostar por la biotecnología y la edición genética:

  • A través de la adopción de productos modificados genéticamente, los consumidores mundiales ahorran casi 21 mil millones de euros al año, mientras que la industria agrícola del Reino Unido perdió más de dos mil millones de euros debido a la prohibición comunitaria de los organismos modificados genéticamente (OMGs) desde 1996.
  • El uso de OMGs ha permitido una reducción del impacto ambiental en el uso de fitosanitarios del 19% desde 1996.
  • Los OMGs han reducido la emisión de dióxido de carbono en 34,2 millones de kilogramos entre 1996 y 2018.
  • Los OMGs son seguros para el consumo humano y ayudan a promover la agricultura sostenible, como lo confirman más de 2.000 estudios sobre su seguridad.
  • Debido al principio de precaución, existe una prohibición casi universal de la ingeniería genética en toda la Unión Europea. Sin embargo, Europa importa alrededor de 30 millones de toneladas de soja y harina de soja al año, de las cuales entre el 90 y el 95% son transgénicas.

Informe completo del Instituto Adam Smith.

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