El foro independiente francés Fondation pour l’innovation Politique ha publicado un documento en el que analiza la campaña de comunicación del controvertido estudio de Gilles-Eric Séralini publicado en 2012 en el que se apuntaban serios riesgos de salud derivados del consumo de maíz modificado genéticamente (MG). La difusión en medios fue estratégica, consiguiendo un altísimo impacto sin siquiera haber compatido los datos del estudio y sin que la comunidad científica hubiera podido validarlos antes de su difusión.

Bajo el título ‘El asunto de Séralini: calle sin salida de un activista científico’, los expertos de este foro analizan las claves de esta campaña mediática en la difusión de un informe que fue rechazado por la comunidad científica internacional, la EFSA también lo rechazó y hasta la propia revista donde fue publicado (Food and Chemical) tuvo que retirarlo, reconociendo que “este estudio no era apto para su publicación, en este caso el proceso de revisión por otros científicos no funcionó correctamente”.

En 2012 publicamos una noticia en la que recopilábamos las inexactitudes del informe que lo invalidaba científicamente. Ahora recopilamos los datos que la Fondation pour l’innovation Politique ha hecho públicos sobre este caso, un informe que fue rechazado incluso por el Comité científico del Alto Consejo de Biotecnología de Francia (HCB) y por seis Academias Científicas francesas, entre otras.

EL ASUNTO DE SÉRALINI

El caso comenzó en septiembre de 2012, cuando la revista ‘Food and Chemical’ publicó el informe de Gilles-Éric Séralini ilustrado por fotografías de tres ratas con tumores tan grandes como pelotas de ping.pong. El informe indicaba que el consumo de maíz transgénico NK603, ya sea en presencia o ausencia de herbicida de glifosato, induciría a la aparición de tumores tempranos. La estrategia de comunicación incluía no sólo la difusión de los resultados en los medios de comunicación, también se publicaron dos libros sobre el tema, un documental que se emitió en la cadena France 5 y una película.

El 19 de septiembre, el prestigioso diario francés  Nouvel Obs y la agencia de noticias francesa Agence France Presse (AFP) se hicieron eco del informe, jugando un papel clave en esta campaña mediática dentro de Francia. La publicación del contenido estaba sometido a condiciones de embargo inusuales: para tener acceso al informe antes del día su lanzamiento, los periodistas se comprometieron a no solicitar verificaciones científicas de los datos durante este embargo.

El informe no incluye ninguna imagen de ninguna rata de control que no hubiera consumido el maíz transgénico. Conviene aclarar que las ratas usadas en el estudio son muy propensas a sufrir tumores a avanzada edad y cuando no se les limita la ingesta de alimentos. Las ratas de control habían sido afectadas también por los tumores, pero esas imágenes no salieron a la luz porque invalidaban completamente el estudio. Esta manipulación impulsó rápidamente la difusión de los resultados, afianzando la credibilidad de los resultados, pese a ser falsos.

El foro francés llama la atención también sobre la ausencia del periodista especializado en ciencia en la mayoría de los medios de comunicación, lo que impide al periodista en cuestión poder saber si lo que le están presentando científivamente es difundible o debe ser puesto en cuarentena hasta que sea validado internacionalmente.

La Fondation pour l’innovation Politique reflexiona sobre el papel del periodista especializado en los medios de comunicación, una figura que en el área de ciencia (y en otras áreas temáticas) no existe. Esto favoreció también a la difusión rápida del informe por todo el mundo, ya que un periodista no especializado en ciencia no conoce los sistemas de validación científica, ni determinados elementos que habrían hecho que ese informe no fuera publicado por su dudosa veracidad.

El foro francés se sorprende también de que, pese al eco que tuvo el informe inicial, las noticias sobre la invalidez de los resultados y los estudios que demuestran que el consumo de ese maíz transgénico no tiene efectos nocivos no tuvieron prácticamente repercusión mediática.

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