La Escuela de Agricultura, Política y Desarrollo de la Universidad de Reading, en el Reino Unido, ha publicado el informe titulado ‘El impacto de la restricción regulatoria en la Unión Europea de los cultivos transgénicos en los ingresos agrícolas’ (The impact of the EU regulatory constraint of transgenic crops on farm income) en el que se evidencian los beneficios económicos de los cultivos transgénicos y las consecuencias negativas que tiene el bloqueo legislativo de esta tecnología para los agricultores europeos.

El estudio estudia el panorama económico que se daría si el cultivo de maíz, algodón, colza y remolacha azucarera se realizara con semillas transgénicas en aquellos lugares donde hay una necesidad agronómica para el uso de dichos cultivos. En este supuesto los márgenes de los agricultores incrementarían entre 443 y 929 millones de euros al año, beneficios aún imposibles debido a la restricción regulatoria hacia esta tecnología que se da en la Unión Europea.

La superficie cultivable en la Unión Europea ronda los 102 millones de hectáreas de las que tan sólo 0,1 millones son destinadas a cultivos transgénicos. Mientras que los políticos europeos frenan el desarrollo de los transgénicos, el resto de países apuestan por esta tecnología dejando a la Unión Europea cada vez más aislada y dependiente de la producción externa.

Los 15,4 millones de agricultores que, durante 2010, sembraron cultivos transgénicos en todo el mundo avala los beneficios económicos que los mismos les aportan. En 2010 se cultivaron más de 148 millones de hectáreas con semillas transgénicas, 14 millones más que en el año anterior.

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