52% de los europeos confía en la proyección de futuro de la biotecnología, según datos del Eurobarómetro
España es el país europeo que muestra un mayor apoyo a los alimentos transgénicos, ya que se muestra a favor un 74% de los ciudadanos, según la encuesta “Europeos y Biotecnología en 2005: modelos y tendencias” del Eurobarómetro. El resultado español es el mismo que el obtenido en 2002, y asimismo es cuatro puntos superior al que se registró en 1999, pero no alcanza el 80% de apoyo que se obtuvo en 1996. El dato de España de 2005 es nueve puntos superior al del segundo estado miembro más partidario, Portugal, que registra un 65%. Irlanda, Italia, Malta, República Checa y Lituania también registran un mayor número de partidarios que de retractores.
El 52% de los europeos confía en la proyección de futuro de la biotecnología, un optimismo que supera a otras tecnologías como la exploración espacial, la nanotecnología y la energía nuclear, pero que, sin embargo, recibe un menor apoyo que la informática (79%), energía solar (78%), eólica (74%) y la telefonía móvil (58%). En cuanto a la biotecnología, en 2005 recupera una cuota de confianza similar a la que le otorgaban los europeos en 1991, algo más del 50%, siendo el año 1999 cuando menos apoyo recibió, en torno a un 20% de los ciudadanos comunitarios.
Según los resultados de otro apartado del Eurobarómetro, los europeos están bastante familiarizados con los alimentos transgénicos, un 80%, muy por encima de los datos sobre el conocimiento de otras nuevas tecnologías como la terapia génica, que es conocida por un 45% de los ciudadanos comunitarios, la nanotecnología (44%) y la farmacogenética (27%). Por países, son los suecos y los británicos quienes mejor conocen los alimentos modificados genéticamente, ya que un 92% de los encuestados de cada unos de estos dos países aseguró haber oído de ellos anteriormente. Por el contrario, la tasa de un conocimiento más bajo se registra en Lituania (un 52% dijo conocerlos), Portugal y Malta (ambos con un 55%) y España (59%). Sin embargo, los europeos perciben los alimentos transgénicos de forma más negativa que las otras tres nuevas tecnologías, al considerar que implican más riesgos.
Por otra parte, los malteses, checos, belgas y holandeses son los más proclives a consumir productos transgénicos, mientras que los austriacos, griegos, húngaros y alemanes muestran más reticencias a comprarlos. Además, los consumidores potenciales de Portugal, España, Malta y Eslovaquia alegan un mayor número de razones para efectuar esta compra. La tercera parte de los europeos estarían dispuestos “probablemente” a adquirir alimentos transgénicos si fueran más saludables que los convencionales, si contuvieran una cantidad inferior de pesticidas o si contribuyeran a cuidar el medio ambiente. En esta encuesta del Eurobarómetro, los europeos se muestran más informados sobre la biotecnología y confían más en estas nuevas tecnologías en general. Además, el público comunitario no muestra aversión hacia las innovaciones tecnológicas que les puedan ofrecer beneficios tangibles.