SOMMa, ASEICA y AseBio, entidades que agrupan a casi diez mil investigadores del ámbito público y privado, decenas de centros de investigación y de cerca de 300 empresas punteras españolas del sector biotecnológico, unen sus voces para apremiar a los responsables políticos a transformar el país. Más de 40 organizaciones del ámbito de la ciencia y la innovación, entre ellas la Fundación Antama, firman un documento que pide, entre otras medidas, superar el 2,5 % de inversión en I+D+I en el año 2027 para lograr un cambio estructural del modelo económico.  

 Ante aprobación ayer del anteproyecto de los nuevos presupuestos generales del Estado y las ventanas de oportunidad que suponen el Plan de Reconstrucción, el “Green deal” y las misiones del nuevo Programa Marco Horizonte Europa de la Unión Europea, los firmantes consideran que ha llegado el momento del poner a la I+D+I en el centro de la estrategia de futuro para una recuperación sostenible y resiliente de España. A lo anterior se suma que la ciudadanía ha podido apreciar recientemente la necesidad de disponer de una capacidad investigadora sólida para los retos a los que nos estamos enfrentando. En contraste, en la actualidad España invierte solo un 1,24 % de su PIB en I+D, cifra muy inferior a la media de la UE (2,12 %), y más alejada aún de países como Alemania, Dinamarca o Austria (entorno al 3 %).  

El documento propone cambios administrativos, legales y la puesta en marcha de acciones estratégicas para que la ciencia y la innovación sean los motores de la recuperación de nuestro país. La transformación del modelo económico lograría contrapesar la dependencia de sectores muy afectados por la actual pandemia y daría a España nuevas oportunidades y una posición más fuerte ante el futuro. Cristalizar el gran potencial español en I+D+I sentaría las bases de una recuperación sólida mediante un modelo económico sostenible, competitivo y basado en el alto valor añadido. 

 “El contexto actual ha desnudado de forma brusca las carencias de nuestro modelo económico. España se proyecta como la más tocada de las economías avanzadas, haciendo imperativo apostar firmemente por un cambio de modelo ante la reconstrucción económica. Es éste un punto de inflexión frente al que no cabe bajar los brazos, haciendo imprescindible apostar por un modelo que asegure el futuro y la relevancia de España. Tomar medidas urgentes aprovechando los presupuestos generales del estado es lo mínimo para empezar. A su vez, un pacto de estado por la I+D+I es necesario, ahora más que nunca.” Luis Serrano, presidente de SOMMa y director del Centro de Regulación Genómica 

 “La Covid-19 ha puesto de manifiesto lo que llevábamos alertando desde hace tiempo: la imperiosa necesidad de invertir en ciencia e innovación para asegurar la salud de nuestros ciudadanos y para desarrollar una economía basada en el conocimiento y no en el divertimento. Es el momento de coger el toro por los cuernos: necesitamos planes estables a largo plazo y soluciones a corto plazo para afrontar dichos retos. Digámoslo una vez más: la investigación no es un lujo, es la única vía que tenemos para asegurar la salud y calidad de vida de nuestros conciudadanos. Y esto no depende de ideologías, es un proyecto transversal de país”. Xosé Bustelo, presidente de ASEICA. 

 “Este llamamiento a nuestros representantes políticos, a la administración y a la propia sociedad, no es sino una demanda conjunta para una estrategia a largo plazo que promueva la ciencia y la innovación de nuestro país y los sitúe en el corazón de su estrategia. Las empresas y entidades innovadoras estamos comprometidas en este esfuerzo si disponemos de un marco adecuado y estable que nos permita trabajar colaborativamente con el resto de los agentes del ecosistema de I+D+I y contribuir así a la transformación de nuestro modelo productivo.”. Ion Arocena, director general de AseBio. 

El llamamiento encabezado por SOMMa, ASEICA y AseBio propone tres ejes de medidas, el primero de los cuales se centra en el fortalecimiento de la ciencia de frontera básica y traslacional. Incide en aspectos como la simplificación de la gestión de gasto y la burocracia asociada, el incremento y optimización de la inversión, nuevos programas de captación de talento, y mecanismos que favorezcan la estabilidad de los proyectos de investigación promovidos por organismos públicos. 

El segundo eje propone medidas para el fortalecimiento de la innovación y el impulso de la transición a una economía sostenible y de alto valor añadido. Se propone potenciar la cooperación público-privada y el tejido empresarial innovador, así como la creación de una ley de mecenazgo. Se indica también la necesidad de acometer una reforma profunda del modelo de ayudas a la I+D+I empresarial y un marco jurídico que minimice las incertidumbres y proporcione estabilidad y seguridad al sistema de I+D+I. 

Enlazando los anteriores, el tercer eje se focaliza en mecanismos para incrementar las sinergias entre el sector académico y el empresarial. Para ello, se considera clave el desarrollo de una estrategia nacional a largo plazo que incluya a las comunidades autónomas, incrementar la capacidad de traslación del conocimiento de universidades e institutos de investigación en soluciones innovadoras y la creación de nuevas empresas de base tecnológica. Finalmente, los firmantes apelan a cultivar el valor de la ciencia como un referente para la ciudadanía, el tejido empresarial y la acción política. 

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