La agricultura necesita un cambio para poder hacer frente a las necesidades de alimentación en el mundo. Así lo dijo Shivaji Pandey, director del Departamento de Producción y Protección Vegetal de la Organización de la ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO), durante el IV Congreso Mundial de la Agricultura de Conservación (AC), que se celebra en Nueva Delhi.

Los métodos tradicionales intensivos de cultivo con frecuencia han contribuido a dañar el medio ambiente, causando un descenso de la productividad agrícola, justo cuando el planeta necesita doblar su producción de alimentos para atender a los 9 000 millones de habitantes que tendrá en 2050. “El mundo no tiene otra alternativa que la de intensificar la producción agrícola sostenible para hacer frente a la creciente demanda de alimentos y piensos, mitigar la pobreza y proteger sus recursos naturales. La agricultura de conservación es un elemento clave de esta intensificación”, aseguró Pandey.

Introducida hace cerca de 25 años, la agricultura de conservación se practica hoy en unos 100 millones de hectáreas de tierras agrícolas en todo el mundo. Es un tipo de agricultura que  se puede hacer sin arar y sin labores preparatorias de la tierra, al tiempo que protege la cubierta permanente del suelo y promueve la rotación de cultivos diversificados para garantizar una óptima condición y productividad del suelo, afirma la FAO.

Pandey destacó que la agricultura de conservación podría no sólo ayudar a recuperar el rendimiento, sino también aportaría diversos beneficios medioambientales. En este sentido, indicó que se ahorraría en la energía usada en la agricultura, reduciendo el impacto de un sector que en la actualidad supone cerca del 30% de las emisiones mundiales de gases causantes del efecto invernadero.

España es, por una serie de factores intrínsecos, uno de los países en que las técnicas de agricultura de conservación pueden aportar mayores beneficios, ya que nuestras condiciones climatológicas, topográficas y edafológicas favorecen enormemente los procesos erosivos, acentuados en las últimas décadas por el laboreo intensivo. Más de 50% del suelo agrario tiene un riesgo de erosión medio a alto, cifra que en algunas regiones alcanza el 70%.  http://www.aeac-sv.org/

En los países en desarrollo, el crecimiento en el rendimiento de productos agrícolas ha descendido notablemente, el rendimiento del trigo descendió desde cerca del 5% en 1980 hasta el 2% en 2005, el crecimiento en la productividad del arroz bajó desde el 3,2% al 1,2% en el mismo periodo, mientras que el rendimiento del maíz cayó desde el 3,1% hasta el 1%. Siguiendo la actual tendencia, la FAO estima que la tasa de crecimiento de la productividad agrícola mundial caerá hasta el 1,5% de aquí a 2030, y al 0,9% entre 2030 y 2050.

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