La comisaria europea de Agricultura, Mariann Fischer Boel, ha dicho hoy que es necesaria una mayor tolerancia frente a los transgénicos en la UE ante la escasez mundial de materias primas y porque de lo contrario, Europa se quedará atrás frente a competidores como Brasil o Argentina.

Fischer Boel ha señalado, en declaraciones a un grupo de periodistas de varios países dentro de la Exposición Internacional de Zaragoza, que es importante que la UE tenga una postura menos reacia a la hora de permitir la presencia de organismos genéticamente modificados (OGM).

Las opiniones sobre los OGM “se basan muchas veces más en las emociones que en hechos probados”, ha afirmado Fischer Boel. La comisaria ha indicado que si bien es conveniente mantener las precauciones para que sólo lleguen al mercado transgénicos seguros, la “oposición” que existe en la UE, especialmente a las importaciones de estos organismos, puede dañar la competitividad de la producción europea.

Fischer Boel ha mencionado que, precisamente, España es el país de la UE donde más maíz OGM se cultiva, para piensos y que Aragón es una de las principales áreas nacionales de producción, con resultados positivos.
Como ejemplo, la comisaria se ha referido a la soja (un 80% de su producción es transgénica) y al haber reparos y “tolerancia cero” en los requisitos para la importación de OGM, esto implica que los ganaderos europeos tengan menos materia prima para piensos.

Por el contrario, otros países como “Brasil o ” tienen políticas más tolerantes frente a los OGM, ha subrayado la comisaria. A la larga, ha añadido, esto va repercutir en la producción de carne, pues al final el consumidor de la UE va a comprar productos más baratos, por ejemplo, de Brasil, donde el animal habrá comido piensos con OGM.

Los ministros de Agricultura de la UE votarán el martes la aprobación de un tipo de soja transgénica, que según otras fuentes de la Comisión Europea (CE) podría resolver problemas de abastecimiento y también las discrepancias que hay entre los países comunitarios sobre los OGM.

Dentro de la UE, la aprobación de transgénicos es muy lenta y tiene pocos respaldos, porque cuando los países votan cada expediente no hay mayoría suficiente a favor, (en algunas ocasiones tampoco en contra), con lo cual Bruselas acaba aprobándolos unilateralmente.

Por otra parte, la comisaria ha reiterado que al hablar de la crisis por los precios y escasez de alimentos, los biocarburantes no pueden ser “el chivo expiatorio” al que culpar. En cualquier caso, ha abogado por biocombustibles de segunda generación (que no procedan de cultivos alimentarios).

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