Con motivo de la presentación oficial del Manifiesto por la Agrociencia impulsado por la Alianza por la Agricultura Sostenible (ALAS), representantes de las administraciones y diversos expertos se reunieron ayer en Madrid para analizar el papel de la ciencia en la sostenibilidad de la agricultura. El evento fue inaugurado por Esther Esteban, Directora del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA), quien resaltó que “la ciencia es necesaria par encontrar soluciones innovadoras para retos como un uso más eficiente de los recursos, un uso más sostenible de los fitosanitarios o entender mejor las interacciones entre las plantas, el suelo y la microbiota”.

“Ciencia para una agricultura más precisa en la que no se desperdicie ningún recurso”, resaltó Esther Esteban. En su intervención no se olvidó de las técnicas de mejora y su papel ante estos retos. “Necesitamos variedades resilientes utilizando todas las herramientas que nos ofrecen los desarrollos científicos actuales, desde las técnicas tradicionales de mejora hasta las nuevas técnicas de mejora y edición genética”.

El encuentro contó también con la clausura de Esperanza Orellana, Directora General de de Producciones y Mercados Agrarios del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, quien resaltó que “en el Ministerio estamos convencidos de que la fusión de la ciencia y la innovación con el conocimiento y las prácticas del sector solo puede traernos ventajas. Siempre hemos apostado por la agrociencia como la única respuesta a los grandes retos que plantean los objetivos europeos”.

También resaltó la importancia de respetar las decisiones de los organismos científicos, porque “la ciencia es ciencia, no es opinable”. Sobre las técnicas de mejora y edición genética señaló que “una revisión exhaustiva de la ciencia de los diferentes desarrollos de estas tecnologías ha demostrado que puede contribuir a mejorar la salud, conseguir un mejor comportamiento de cultivos, y reducir el desperdicio alimentario, además de lograr un incremento productivo”.

LOS OBJETIVOS DE LA UNIÓN EUROPEA

La mesa redonda contó con la participación de María Jesús Rodríguez de Sancho (Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico), Jesús Barreiro-Hurle (Joint Research Center de la Comisión Europea), Pedro Gallardo (Presidente de ALAS) y Manuel Melgarejo (Asociación Empresarial para la Protección de las Plantas, AEPLA).  Quienes analizaron el papel de la ciencia a la hora de cumplir los objetivos del Pacto Verde europeo y de sus Estrategias, objetivos que no pueden dar la espalda a la ciencia para ser conseguidos.

Pedro Gallardo apostó por “un modelo basado en ciencia” que nos permita ser competitivos, porque de no serlo “lo que no produzcamos en Europa lo tendremos que traer de fuera (…) Los agricultores nos podemos adaptar a todo, pero necesitamos certidumbre, tiempo para adaptarnos y herramientas para hacer frente al cambio”. Resaltó también el valor de la semillas adaptadas al cambio climático, ya que sus efectos están mermando las producciones de alimentos en todo el mundo

“Parte de la solución de hacer más con menos va a venir con el desarrollo de semillas que necesiten menos fertilizantes y un menor uso de  fitostanitarios. Además, renunciar a la biotecnología sería pegarse un tiro en el pie. Ya lo hicimos con los organismos modificados genéticamente y no podemos hacer ahora lo mismo con la edición genética”, remarcó Pedro Gallardo. También pidió que los productos sean aprobados en cuanto tengan el aval científico de los órganos científicos competentes, porque ahí los políticos tienen que pasar a un segundo plano y confiar en la evidencia científica.

María Jesús Rodríguez recordó que la biodiversidad no es contradictoria con la mejor producción agraria. “Mantener el ecosistema permite mantener la actividad agraria desde una perspectiva de sostenibilidad y respeto al medio ambiente. La ciencia es esencial para encontrar técnicas de gestión agronómica que protejan la naturaleza”. Y no tuvo duda al decir que “la toma de decisiones basadas en el conocimiento científico tiene que ser nuestra guía, ya que tanto la actividad agraria como la conservación de la biodiversidad necesitan del conocimiento científico”.

Manuel Melgarejo señaló la importancia del uso de fitosanitarios, porque no puede haber agricultura sin medicinas para las plantas. “Uno de los objetivos europeos es reducir el desperdicio alimentario, por eso necesitamos los fitosanitarios, para no perder producción alimentaria en el campo por las plagas”. Y habló del caso de la edición genética, un caso muy curioso al tratarse de una tecnología que ha recibido el Premio Nobel pero que no se deja usar totalmente. “La innovación y la ciencia es la solución a los retos medioambientales y productivos, pero se necesita un entorno legislativo previsible y estable en Europa, solo así podremos poner en práctica estos avances”.

Jesús Barreiro Hurle reconoció que las medidas planteadas por la Unión Europea implican una menor producción y una consiguiente subida de los precios. Pero recordó que “entre los objetivos de las Estrategias está el reducir el desperdicio alimentario, con lo que la demanda se reduciría y el aumento de los precios no sería tan alto”. También reconoció que la agrociencia es necesaria y que “la Unión Europea necesita un nuevo reglamento para las técnicas de edición genética y uno menos rígido para las técnicas de mutagénesis”, solo así se podrá beneficiar Europa de la biotecnología.

 

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