La Comisión Europea (CE) debatirá el miércoles sobre si debe cambiar o no su política para la aprobación de transgénicos, en un momento en que hay crisis de abastecimiento de alimentos y altos precios, pero a la vez persisten el desacuerdo de países de la UE y los detractores ante tales productos, según informa EfeAgro.

El Ejecutivo comunitario celebrará un debate interno sobre “el camino a seguir” respecto a la aprobación de Organismos Genéticamente Modificados (OGM), que ahora es muy lenta, porque dentro de los países comunitarios no existe una postura unificada y algunos estados votan en contra.

La discusión, prevista dentro de la reunión semanal del Colegio de Comisarios, ha sido impulsada por el presidente de la CE, José Manuel Durao Barroso y también incluye decisiones sobre expedientes concretos de transgénicos, según han informado hoy fuentes comunitarias.

Por un lado, la CE se pronunciará sobre una variedad de patata transgénica -que comercializa la empresa alemana BASF- sobre la que hay dudas dentro de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Es previsible que Bruselas decida pedir nuevos informes científicos a la Autoridad Europea para la Seguridad Alimentaria (AESA) acerca de este OGM.

Además, la Comisión examinará dos variedades de maíz genéticamente modificado, del tipo “bt”; se trata de los OGM contra los cuales el comisario de Medioambiente, Stavros Dimas alertó, ya que puso objeciones a su autorización por sus peligros para la biodiversidad; no obstante, no se conoce aún la postura de todo el equipo de la CE.

También hablará sobre el veto de Austria a los transgénicos y de la reunión podría salir una advertencia de la CE para que este país levante dicha prohibición, al menos para su importación o comercio, aunque no para el cultivo, según otras fuentes.

En el debate del miércoles pueden surgir todo tipo de cuestiones relacionadas con los transgénicos, especialmente políticas y ligadas al papel de Bruselas en su autorización.

Desde que en 2004 la UE puso fin a la moratoria contra la aprobación de nuevos OGM, todas las autorizaciones se han producido a través de la CE, de forma unilateral, porque entre los países comunitarios no hay acuerdo ni a favor ni en contra.

Según las organizaciones ecologistas Greenpeace y Amigos de la Tierra, de la discusión del miércoles podría determinarse si el Ejecutivo de la UE “asume un papel de legislador” o deja que sean los países quienes tomen sus decisiones sobre los transgénicos.

Los ecologistas han manifestado que Bruselas “debe asumir sus responsabilidades y no esconderse”, porque hay “voces” en Europa contrarias a los OGM.

En este sentido, han citado salvaguardas de algunos países como Francia, Austria, Polonia, Hungría o Grecia.

España es el país principal de la UE que cultiva OGM para fines comerciales, un maíz de la variedad “bt”.

Según los ecologistas, los procedimientos actuales de comercialización se basan “exclusivamente en datos de las industrias de la biotecnología” y hay presiones de algunos estados para revisarlos.

Greenpeace y Amigos de la Tierra han instado a la CE a proponer una prohibición de las variedades de maíz “bt” contra las que se pronunció Dimas, al igual que el tipo de patata transgénica; solicitan también que se reformen los procesos de autorización para que los informes científicos sean “imparciales”.

Este debate surge en un momento de escasez alimentaria y en el que las industrias de biotecnología y algunas de alimentación han pedido flexibilizar la autorización de OGM.

En este sentido, los ecologistas aseguran que otros tipos de producción como la ecológica son más beneficiosos para el desarrollo de países pobres y afirman que en EEUU, a pesar de que es un país más permisivo con los OGM, también se ha notado la carestía de alimentos.

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