El Instituto de Cuestiones Agrarias y Medioambientales (ICAM) se manifiesta a favor de los cultivos modificados genéticamente por su contribución indispensable para la alimentación del futuro. Así, ha publicado un artículo en AMBIENTA, la revista del Ministerio de Medio Ambiente, en el que analiza las consecuencias en la alimentación del crecimiento constante de la población (es previsible alcanzar la cifra de 9.000 millones de habitantes en 2008).

Existe una situación actual de demanda creciente en las producciones agrícolas, que seguirá multiplicándose durante años. Para hacer frente a estos cambios, la agricultura se adapta e incorpora la última tecnología para, de esta forma, incrementar la rentabilidad. Desde ICAM defienden que “en este marco mundial, deberíamos entender por agricultura sostenible aquella que permite satisfacer las necesidades del presente, sin comprometer los recursos necesarios para el futuro”.

El desarrollo de los productos genéticamente modificados es visto por los profesionales del ICAM como la salida más eficiente y sostenible a este aumento. La biotecnología representa así una herramienta que permite al agricultor “incrementar los niveles productivos por hectárea sin aumentar los recursos utilizados”. La variedad Bt del maíz, resistente al taladro (causante de la pérdida de miles de hectáreas de cultivo al año), ha mostrado un “crecimiento en los rendimientos por hectárea de hasta el 13%”, lo que la convierte en una de las esperanzas para la atención de la demanda a largo plazo.

Además, el ICAM afirma que “cuanto más eficientes seamos por hectárea de cultivo, mejor podremos atender las necesidades de productos agrícolas y se producirá un menor impacto en el medio ambiente”, lo que favorece la ansiada sostenibilidad agrícola.

Con el objetivo de desarrollar la eficencia productiva, los agricultores han avanzado desde el principio de la historia. Hoy, con la ayuda de la biotecnología, estos profesionales pueden ofertar productos a la creciente población sin correr el riesgo de quedarse atrás. Además, como explica el ICAM en su escrito, muchos de los elementos perjudiciales para los cultivos se podrían superar “a través de la biotecnología, mediante variedades vegetales mejoradas para protegerse de los mismos”.

Al igual que ocurre desde el nacimiento de la agricultura, desde el ICAM se promueve la mejora profesional para obtener el mejor equilibrio entre lo que se obtiene y lo que se planta. De esta forma, en los últimos 30 años se ha triplicado el rendimiento por hectárea de cultivo de maíz. Si los agricultores y empresas aplican los avances de hoy, estos resultados podrían seguir creciendo.

Compartir en redes sociales

Array