Bajo el título ‘Oportunidades de la innovación en el campo agroalimentario de la mano de la biotecnología’, ASEBIO y la Plataforma de Mercados Biotecnológicos reunieron ayer en Valencia a expertos profesionales del ámbito agrícola, ganadero, alimentario y biotecnológico para analizar el papel de la innovación agroalimentaria a través de técnicas biotecnológicas. La segunda de sus sesiones estuvo centrada en las nuevas técnicas de edición genética.

José Francisco Marcos (departamento de biotecnología de alimentos del Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos) habló sobre las bases de las nuevas tecnologías de edición de genomas. El científico reivindicó el apoyo a la investigación científica básica, a aquella que no tiene una meta clara pero que puede ser el origen de descubrimientos tan importantes como el CRISPR-Cas, basado en el sistema inmunológico de mecanismos procariotas.

“Con CRISPR-Cas la molécula se rompe exactamente donde queremos (…) entre sus ventajas está su simplicidad del diseño, su eficacia, que es programable con precisión, que permite prescindir de marcadores de selección (o que al menos el marcador no esté asociado al locus modificado) y su versatilidad”, explicó.

Por su parte (Pedro Molina, Director Científico en IDEN Biotechnology) reconoció que “las New Breeding Techniques (NBTs) van a permitir posibilidades hasta ahora imposibles, reduciendo el tiempo respecto a la mejora convencional, con un coste menor y con unas técnicas más accesibles.”. Puso varios ejemplos de logros de estas nuevas tecnologías, como un champiñón que no se oxida cuando se corta o patatas sin la enzima que degrada la sacarosa y por tanto no germinan almacenadas largo tiempo.

ASPECTOS LEGALES EN INNOVACIÓN

Pedro Narro (Director de Asuntos Públicos de Biotecnología Agroalimentaria de EuropaBio) defendió la base científica a la hora de regular las NBTs, dejando de lado los sentimientos y la política y basándose siempre en evidencias científicas. Una defensa por una legislación que no debe comer los mismos errores que ha cometido con los organismos modificados genéticamente (OMGs). “La ciencia cada vez tiene menos peso en la legislación europea“, criticó.

En su intervención, Pedro Narro criticó que la ciencia cada vez tenga menos peso en la legislación europea y que actualmente nos encontremos en un limbo en el que no se sabe qué legislación hay que aplicar a las NBTs. Un debate que ya se tuvo en otros países y que se resolvió con mayor premura, “concluyendo que las NBTs no conducen a la producción de OMGs, por lo que no debe aplicarse la misma regulación”.

La Unión Europea aún no ha tomado una decisión en este tema pese a que numerosos informes europeos ya hayan concluido que las NBTs no conducen a la producción de OMG. El JRC IPTS/IHCP, la EFSA y el SAM (Consejo Asesor Científico), entre otros, han emitido informes confirmándolo, resaltando que los efectos no intencionales de estas nuevas técnicas son notablemente menores que los derivados de las técnicas convencionales.

Concluyó afirmando que las políticas gubernamentales respecto a innovación en obtención de plantas deben estar basadas en ciencia, ser proporcionales (a mayor riesgo mayor carga regulatoria), no discriminatorias (idénticos productos no se pueden regular de forma diferente) y predecibles (si se cumplen los requisitos hay que autorizarlos). “Las NBTs no vienen a sustituir, sino a complementar”, matizó.

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