La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ha rechazado la publicación de Séralini y otros en la que se advertían riesgos de salud asociados al consumo de maíz modificado genéticamente.

El órgano científico europeo explica en nota de prensa que las conclusiones del estudio no pueden ser consideradas válidas científicamente ya que ni el diseño del informe ni el análisis de los datos son suficientes.

Tras haber realizado una primera revisión del estudio, la EFSA considera que “ni el diseño, ni la presentación, ni el análisis de los datos del informe son suficientes” por lo que “no se pueden considerar ciertas científicamente las conclusiones” ya que “no existen evidencias que demuestren la aparición de tumores en las ratas estudiadas”. Al no aportar ningún dato nuevo que cuestione la seguridad del maíz NK603 la EFSA no ve la necesidad de volver a evaluar la seguridad de dicha variedad ni de sus stacks.

>> Dictamen completo de la EFSA <<

EFSA publicó en junio de 2009 su último informe sobre la seguridad del maíz estudiado por Seralini concluyendo que “es tan seguro en efectos sobre la salud humana y animal y el medio ambiente como el maíz convencional”. EFSA ha repetido estos estudios hasta tres veces (la última en septiembre de 2011) sin encontrar riesgo alguno para la salud humana, animal, o para el medio ambiente.

El pasado tres de octubre la Autoridad Holandesa de Seguridad Alimentaria hacía pública su opinión sobre el estudio de Seralini afirmando que “la concepción, ejecución y presentación del informe no es adecuada” y que “los autores hacen conexiones que no han sido demostradas científicamente.”

Dos días antes, el Instituto Federal Alemán para la Evaluación de Riesgos (BfR)  hacía pública su opinión sobre el estudio afirmando que “tiene puntos débiles tanto en el diseño como en el análisis estadístico, lo que hace que las conclusiones de los autores no puedan ser verificadas.”

>> Dictamen completo de la EFSA <<

SÉRALINI Y LA PROHIBICIÓN FRANCESA DE OMGs

El estudio de Séralini y otros fue publicado el pasado 19 de septiembre en la revista Food and Chemical Toxicology. En él se asociaba el consumo de maíz modificado genéticamente a la aparición de tumores.

El informe ha salido a la luz en un momento clave en la prohibición del cultivo de maíz MON810 en el país galo. Después de que la Comisión Europea, el Consejo de Estado Francés y el Tribunal de Justicia Europeo declararan esta prohibición de ilegal, Francia se veía cada vez más obligada a levantar esta prohibición al no encontrar justificaciones científicas.

Tras la publicación del polémico estudio de Séralini, Francia volvió a acogerse a la Cláusula de Salvaguarda en base a estos supuestos riesgos. El científico francés ya había realizado estudios en el pasado alertando de estos mismos riesgos, todos los estudios fueron rechazados por la comunidad científica por no aportar evidencias.

La legislación europea establece que un Estado Miembro únicamente puede prohibir el cultivo, consumo o comercialización de un organismo modificado genéticamente cuando exista una situación real de riesgo para la salud humana o animal o para el medio ambiente.

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