Tras cuatro años de restricciones, el gobierno de Estados Unidos confirmó el pasado jueves que los agricultores estadounidenses podrán cultivar la alfalfa transgénica Roundup Ready a partir de la próxima primavera. La decisión, anunciada por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), ha sido tomada tras conocerse los resultados del informe científico sobre el impacto ambiental de dicho cultivo en los que ha quedado evidenciada la seguridad de la alfalfa transgénica.

El estudio confirma que la alfalfa transgénica Roundup Ready no tiene efectos adversos para las plantas ni para los animales, y señala que ésta no es más invasiva en ecosistemas silvestres que la variedad convencional. A día de hoy, la alfalfa es el cuarto mayor cultivo de los Estados Unidos, ocupando más de 8 millones de hectáreas.

Roundup Ready fue comercializada en el año 2005. Más de 5.000 agricultores estadounidenses optaron por estas semillas sembrando más de 100 mil hectáreas. Pese a la amplia aceptación en el sector, algunos grupos ambientalistas y productores de semillas de alfalfa se opusieron a este cultivo, logrando que en 2007 se anulara dicha aprobación.

La orden judicial que anulaba la aprobación de la alfalfa transgénica Roundup Ready obligaba al USDA a hacer una nueva evaluación científica sobre el impacto de dicha alfalfa, manteniendo la prohibición de su uso hasta que se conocieran los resultados. Cuatro años después, el estudio sale a la luz evidenciando la seguridad de estas semillas y rompiendo así con la prohibición de su cultivo.

Jim Greenwood, presidente y consejero delegado de la Biotechnology Industry Organization (BIO), ha afirmado que esta decisión “se basa en sólidos conocimientos científicos y en dos décadas de antecedentes regulatorios. Lo más importante es que este anuncio restablece el principio de elección de los agricultores, permitiendo optar por la tecnología y poder realizar la siembra de primavera”.

Desde Monsanto, la compañía que comercializa las semillas de esta alfalfa transgénica, han mostrado su satisfacción ante esta decisión que, según ellos, los agricultores estadounidenses esperaban desde hace tiempo. “La decisión del USDA permite ahora a los agricultores disfrutar de los beneficios de estas semillas, pudiendo disfrutar de su  mayor seguridad así como de sus mejores rendimientos de alta calidad”, afirmó Steve Welker, representante de Monsanto.

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