[Texto de Joaquima Messeguer, co-autora del estudio]

coexistencia maizLa modelización de la distribución del flujo de genes en maíz ha permitido diseñar un sistema simplificado de toma de muestras para cuantificar el contenido de maíz GM en campos convencionales El maíz genéticamente modificado (GM) se cultiva comercialmente desde hace casi dos décadas. Muchos países han establecido una regulación para etiquetar los productos que contengan material GM y establecer los niveles de presencia adventicia de GM para garantizar la libertad de escoger de los consumidores. En Europa, el nivel fijado es del 0,9%.

El maíz se poliniza por el viento por lo que el polen de un campo puede mezclarse con el del campo vecino polinizando sus mazorcas y produciendo el llamado flujo de genes. Este factor es difícil de controlar y puede representar un cierto riesgo de mezcla cuando en una misma zona se siembran campos de maíz GM y convencionales.

Las normas de coexistencia entre cultivos GM y no GM destinadas a facilitar el cultivo comercial de ambos en una misma zona deben ir apoyadas por métodos de muestreo precisos y económicos que permitan realizar un seguimiento eficaz de la zona. Científicos del IRTA y del INTEA de la Universidad de Girona han diseñado un modelo que describe la distribución del flujo de genes utilizando los datos recolectados durante más de 10 años en campos convencionales de maíz cultivados en zonas donde coexistían con maíz GM.

Es un hecho conocido que el flujo de genes se acumula en los bordes del campo convencional y disminuye rápidamente a medida que se avanza hacia el centro del campo. Esto es debido a que se establece una competencia entre las dos clases de polen y en la zona central del campo predomina claramente el polen local.

A partir de los datos experimentales se ha podido deducir un modelo que describe muy fielmente esta distribución del flujo dentro de un campo convencional a partir de su forma y de la intensidad media de flujo presente en los bordes. La forma de los campos puede ser muy variada, pero la relación entre el polen externo (GM ) y interno es siempre proporcional al perímetro del campo e inversamente proporcional a su área.

El índice, Ip=A/p (área /perímetro) llamado Indice de protección, expresa la resistencia de un campo a la entrada de flujo exterior. Así, por ejemplo, un campo no GM con un índice de protección mayor de 62,2 (equivalente a un campo rectangular de unas 6 ha) no superará el umbral del 0,9 % aun estando rodeado de campos GM y con una perfecta coincidencia en la floración.

Ese modelo permitió diseñar un sistema de muestreo simplificado en el que solamente se necesita tomar 9 muestras del campo convencional, ocho de ellas situadas en el perímetro del campo a 3 m de distancia de los bordes y la novena procede del centro del campo. De las ocho muestras se toma una alícuota para preparar una sola muestra que se analiza por PCR. En el caso de que el contenido de material GM sea elevado, se puede proceder a analizar las muestras individuales para determinar de qué campo procede el polen GM.

La muestra tomada en el centro se puede analizar en el caso de que se sospeche que ha habido mezcla de semillas durante la siembra o un porcentaje elevado de ricios GM que podrían aumentar el contenido de material GM en el campo. Este método de muestreo simplificado se validó en 19 campos convencionales.

>> Acceso al artículo completo en la revista ‘Nature’ <<

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