La oferta mundial de chocolate está disminuyendo y nuestro gusto por el mundo de los dulces comienza a superar la producción de cacao. Las principales compañías chocolateras predicen un déficit de 4.800 millones de euros para 2030. Para 2050, los granos de cacao utilizados para hacer chocolate pueden desaparecer.
Mientras los agricultores luchan por mantenerse al día con la demanda, el precio sigue aumentando, lo que hace que los artículos populares sean más caros. Además, este aumento encauzaría el chocolate en el camino del pollo y las fresas, que han perdido parte de su sabor en la búsqueda para satisfacer la demanda.
Alrededor del 70% de los granos de cacao del mundo provienen de África occidental, siendo Ghana y Costa de Marfil los dos mayores productores. A medida que la temperatura del globo sigue aumentando, estas naciones se han visto con un clima cada vez más seco, lo que puede evitar que crezcan los árboles de cacao.
Asimismo, la planta de cacao es particularmente vulnerable a ciertas enfermedades. Según la Organización Internacional del Cacao, las enfermedades y plagas han provocado la pérdida del 30% al 40% de la producción mundial de cacao. Señalan que son susceptibles principalmente al hongo Moniliophthora roreri o el patógeno Phytophthora tropicalis.
SOLUCIONES
Para evitar que eso suceda, una coalición de agricultores sin fines de lucro llamada A Fresh Look ha lanzado una gama de tabletas de chocolate que promueven el uso de organismos modificados genéticamente. Su producto Ethos Chocolate utiliza azúcar derivado de remolachas modificadas genéticamente.
Otra solución es la que proponen la facultad de ciencias agrícolas de Penn State. Plantean el uso de CRISPR-Cas9 para ayudar a criar árboles de cacao que exhiban rasgos deseables, como una mayor resistencia a las enfermedades.
Trabajos previos en cacao identificaron un gen, conocido como TcNPR3, que suprime la respuesta a la enfermedad de la planta. Los investigadores plantearon la hipótesis de que el uso de CRISPR-Cas9 para eliminar este gen daría lugar a una mayor resistencia a la enfermedad.
Para probar su hipótesis utilizaron Agrobacterium tumefaciens para introducir el CRISPR-Cas9 en las hojas de cacao desprendidas. El análisis posterior del tejido tratado encontró delecciones en el 27% de las copias de TcNPR3. Los resultados sugirieron que la mutación de solo una fracción de las copias del gen objetivo puede ser suficiente para desencadenar procesos posteriores, lo que resulta en resistencia a enfermedades sistémicas en la planta.
Los investigadores también crearon semillas de cacao editados con genes CRISPR, que se convertirán en árboles maduros para probar la efectividad de este enfoque a nivel de toda la planta.
El objetivo principal de la investigación es ayudar a elevar el nivel de vida de los pequeños productores y estabilizar el suministro de cacao amenazado mediante el desarrollo de plantas que puedan soportar enfermedades, cambios climáticos y otros desafíos.