Asociación de Comunicación en Biotecnologia mesa redonda comunicacion

En el marco de la Semana de la Biotecnología la Asociación de Comunicación en Biotecnología (ACB) celebró en Madrid la mesa redonda ‘Biotecnología y comunicación: ¿dos lenguajes diferentes?. Un foro de debate en el que se analizó el valor de la comunicación en el ámbito de la biotecnología y los retos a los que ésta labor se enfrenta tanto en el ámbito de la investigación como en el ámbito periodístico.

En la mesa redonda participaron los siguientes miembros de la ACB: Roi Villar (Investigador en el CIB-CSIC y divulgador en iLoveScience), Irene Tato (Consultora de comunicación en temas de salud), Nuria Ribas (periodista especializada en economía y política, divulgadora científica en Biotechpress), y Susana Vieco (Comunicación en el Parque Científico de Madrid).

En el ámbito de la comunicación, se criticó que los medios generalistas no apuesten por contenidos de biotecnología, una situación marcada por la falta de concepción integrada de la biotecnología por parte de los periodistas, algo que podría cambiar si se ofrecieran en las universidades de comunicación especialización científica. “Es importante que se creen secciones de biotecnología en los medios (…) para despertar el interés científico en los jóvenes y crear vocaciones”, afirmaba Susana Vieco.

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“Es importante comunicar que el sector de la biotecnología es complicado, necesita mucha inversión y requiere mucho trabajo para obtener resultados”, esaltaba Nuria Ribas. Un sector que muchas veces evita la comunicación para mantener un hermetismo máximo de sus trabajos y cuidar al máximo la exclusividad. Una postura errónea ya que los centros o equipos científicos pueden comunicar muchos más contenidos que no sólo las claves de las investigaciones en curso.

“Se pueden comunicar muchas cosas que no sea el desarrollo de la investigación en sí, contar elementos que den valor a la empresa (…) La comunicación no sólo vale para dar conocimiento a la sociedad, también vale para atraer inversores y crear valor“, reconocía Nuria Ribas. En esta línea se resaltó que pese al valor de la comunicación existen muchas empresas pequeñas de investigación que se pueden permitir tener a alguien dedicado exclusivamente a comunicar.

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A día de hoy existe un problema de incentivar la comunicación en el investigador, algo que hay que hacer entrar en valor para que el científico aprenda a comunicar (de forma rigurosa y adaptando los contenidos al público generalista) desde sus años de carrera. Sin olvidar que en la labor de comunicación de un científico también se encuentra la de facilitar al periodista el acceso a la información.

También se puso en relieve el valor de la bidireccionalidad en la comunicación científica, que el lector entienda la información y adquiera conocimiento especializado. Un objetivo que requiere muchas veces adaptar la rigurosidad de los contenidos al conocimiento del público, contarlo con un lenguaje accesible y comprensible al lector. “A veces se considera desde la comunidad científica que hacer comunicación generalista supone frivolizar la ciencia, pero si ésto implica hacer la información accesible al público no hay que temerlo”, reconocía Roi Villar.

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