Los investigadores israelíes Shai Torgeman y Dani Zamir de la Universidad Hebrea de Jerusalén han desarrollado una nueva variedad de tomate que es más resistente a las condiciones de sequía. Una variedad que podría ayudar ha hacer frente a los efectos del cambio climático y mejorar un cultivo que se está viendo afectado por las condiciones climáticas extremas.

Los científicos cruzaron dos especies de tomates, una variedad silvestre de los desiertos del oeste de Perú, con un cultivo comercial común que está disponible en muchas zonas del mundo. Identificaron interacciones entre dos áreas del genoma del tomate que conducen a un mayor rendimiento y resistencia a las condiciones secas. El estudio encontró que estas áreas específicas en el genoma de la planta conducen a un aumento del 20 al 50 por ciento del rendimiento, tanto en condiciones normales como de sequía. Los científicos también observaron que el tamaño de la planta mejoraba en estas variedades.

“Las variedades comerciales de tomate cultivadas en condiciones de campo abierto y que se encuentran en los supermercados requieren en promedio 317 000 galones por acre cada temporada”, dijo a The Media Line Shai Torgeman, candidato a doctorado en la Universidad Hebrea de Jerusalén. “En nuestro estudio, redujimos esta cantidad de agua a la mitad y obtuvimos excelentes resultados”.

Según los investigadores, sus hallazgos muestran que el uso de especies silvestres es una forma efectiva de mejorar la producción agrícola. También podrían resultar ampliamente aplicables a otras plantas en el futuro. “Hay un calentamiento global y los agricultores necesitan tomates que puedan hacer frente a estas condiciones climáticas cambiantes”, explicó Torgeman, que resaltó que el cambio climático no solo provoca temperaturas más altas, sino también fenómenos meteorológicos extremos, como aguaceros torrenciales repentinos o sequías. Por todo ello hay que desarrollar plantas con capacidades mejoradas.

Más información en Media Line.

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