Los estudios realizados por Monsanto en este país africano con plantaciones de algodón modificado genéticamente muestran cómo el cultivo de la variedad transgénica reduce el uso de insecticidas en dos tercios e incrementa el rendimiento en un 15% al no verse la cosecha afectada por la presión de las plagas de lepidópteros. Así lo explica el equipo de investigadores del Departamento de Agricultura de la Universidad Estatal de Oklahoma, en los Estados Unidos, quienes analizaron los resultados de los ensayos de campo desarrollados por la multinacional en Burkina Faso.

Los resultados, que fueron publicados en el número de septiembre/octubre de Crop Science, reflejan un incremento de beneficios de entre 79 a 154 dólares por hectárea. La plantación de algodón modificado genéticamente para uso comercial en Burkina Faso comenzó a principios de año y desde 2003 Monsanto llevaba a cabo ensayos en la región.

Según explica Jeffrey Vitale, miembro de la Universidad Estatal de Oklahoma, los datos podrían estar subestimados ya que la zona cuenta con una baja densidad de plagas. La mayor densidad registrada durante el ensayo fue de 4096 insectos por hectárea, mientras que normalmente esta cifra va de los 12000 a 17000 insectos por hectárea.

Los ensayos se realizaron con la variedad de algodón Bollgard II, que incorpora dos tecnologías en la misma semilla para protección frente a plagas, principalmente sobre heliotis (Helicoverpa), oruga de la cápsula y otros lepidópteros.

Accede al informe completo

Compartir en redes sociales

Array