Los científicos han marcado un hito en la exploración lunar y espacial al cultivar con éxito plantas en suelo lunar por primera vez en la historia de la humanidad. Se ha logrado con suelo lunar recolectado recolectado durante las misiones Apolo 11, 12 y 17. Los científicos Rob Ferl y Anna-Lisa Paul de la Universidad de Florida (Estados Unidos) han conseguido que las plantas hayan crecido con éxito en suelo lunar.

Su estudio también investigó cómo las plantas responden biológicamente al suelo de la luna, que es radicalmente diferente del suelo que se encuentra en la Tierra. Este trabajo es el primer paso hacia el cultivo de plantas para alimento y oxígeno en la Luna o durante las misiones espaciales. La investigación también se produce cuando el Programa Artemisa planea devolver a los humanos a la luna.

Ferl y Paul diseñaron un experimento engañosamente simple: plantar semillas en suelo lunar, agregar agua, nutrientes y luz, y registrar los resultados. Fue complicado porque los científicos solo tenían 12 gramos, solo unas pocas cucharaditas de suelo lunar para hacer el experimento. Prestados por la NASA, los científicos solicitaron tres veces en los últimos 11 años la oportunidad de trabajar con suelo lunar. Para hacer crecer las plantas, el equipo de investigación usó pozos del tamaño de un dedal en placas de plástico que normalmente se usan para cultivar células.

Cada maceta tenía aproximadamente un gramo de tierra lunar que se humedeció con una solución nutritiva y se plantó con algunas semillas de Arabidopsis. Antes del experimento, los investigadores no estaban seguros de si las semillas plantadas en los suelos lunares brotarían, pero casi todas brotaron. Los investigadores observaron diferencias entre las plantas cultivadas en suelo lunar y el grupo de control. Algunas de las plantas que crecían en los suelos lunares eran más pequeñas, crecían más lentamente o tenían un tamaño más variado que sus contrapartes.

La respuesta de las plantas al suelo lunar puede estar relacionada con el lugar donde se recolectó el suelo, según los científicos que trabajaron en la investigación. Descubrieron que las plantas con más signos de estrés eran las que crecían en lo que los geólogos lunares llaman suelo lunar maduro. Estos suelos maduros estuvieron expuestos a más viento cósmico, lo que altera su composición. Por otro lado, a las plantas cultivadas en suelos comparativamente menos maduros les fue mejor. Más información en la University of Florida News y la NASA.

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