Importaciones soja transgenica UEEl Consejo británico de Biotecnología Agraria (Agricultural Biotecnhology Council, ABC) ha lanzado un documento titulado ‘Caminando a contracorriente’ en el que analiza las barreras a las que se enfrenta el sector agrario británico. Y es que según explica el ABC “a los agricultores del Reino Unido se les está impidiendo acceder a los mercados mundiales poniendo en peligro nuestra industria alimentaria líder en el mundo y empujando la subida de los precios para los consumidores británicos”.

El documento alerta de los recientes movimientos políticos que están poniendo en riesgo la investigación en tecnologías agrarias europeas. Se señala la polémica propuesta de la Comisión Europea de permitir a los países prohibir el uso de organismos modificados genéticamente (OMGs) sin argumentos científicos. Este informe demuestra que la Unión Europea (UE) está en peligro de convertirse en “el museo de la agricultura mundial” si sigue dando prioridad a la ideología frente a las evidencias científicas.

El ABC recuerda que el éxito de la industria ganadera británica depende de las importanciones, incluyendo las importaciones de OMGs. La soja es la principal fuente de alimentación de la proteína en el mundo. La UE depende de las importaciones de soja para satisfacer su demanda de piensos, importaciones de las que el 95% son de soja biotecnológica. “Cada año más de 60 kilos de soja son importados por cada ciudadano europeo. La soja no modificada genéticamente (MG) es cada vez más escasa”.

“Los cultivos transgénicos han crecido de forma constante en todo el mundo durante los últimos 19 años. Las variedades biotecnológicas representan ya más del 80% de la soja cultivada a nivel mundial y el 30% del maíz”, explica el documento. Critica también que el sistema regulatorio de OMGs europeo no está funcionando correctamente pese a que esté bien diseñado, algo que está llevando a grandes retrasos en aprobaciones con sus inevitables consecuencias económicas y competitivas.

Para el ABC, permitir a los países restringir el uso de OMGs sin base a razones científicas “amenaza la integridad del mercado único, uno de los principios fundamentales de la UE”. Además, una medida como esa enviaría un mensaje negativo a la inversión en investigación, que frenaría su crecimiento y se llevaría el desarrollo fuera de las fronteras europeas. El ABC pide una actuación urgente al final del documento para solucionar este panorama.

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