Un grupo de parlamentarios británicos de distintos partidos han pedido al Gobierno que impulse la industria agrícola nacional al deshacerse de las normas europeas que actualmente bloquean el acceso a herramientas de mejora genética, herramientas a las que tienen acceso el resto de competidores no comunitarios con los que tienen que competir en un mercado cada vez más globalizado. Esta petición llega en un momento clave del Brexit en el que se está desarrollando un Proyecto de Ley Agraria.
Los ministros quieren cambiar la definición de organismo modificado genéticamente (OMG) que tiene la Unión Europea en su normativa por una definición compatible con el Protocolo de Cartagena, del cual el Reino Unido es signatario. La medida daría a los científicos, agricultores, fitomejoradores y criadores de animales británicos el mismo acceso a las nuevas tecnologías de edición genética que los países de fuera de la Unión.
La petición la ha hecho el equipo de Ciencia y Tecnología Agraria del All-Party Parliamentary Groups (APPGs), grupo que también se ha interesado en las perspectivas de técnicas más avanzadas de edición de genes como CRISPR, que ofrecen mejoras en la rapidez y precisión de la cría de cultivos y ganado. Los parlamentarios afirman que las técnicas podrían presentar al Reino Unido grandes oportunidades para mantener el ritmo de las demandas de mayor productividad agrícola, eficiencia en el uso de los recursos y una resistencia más duradera a las plagas y enfermedades.
Esta petición es respuesta a los lastres que arrastra el sector británico desde que en julio de 2018 el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) dictaminara que estas nuevas herramientas de edición genética deberían regularse como OMGs, lo que puso a la Unión Europea en desacuerdo con Estados Unidos, Australia y Japón. La comunidad científica europea criticó fuertemente el fallo afirmando que era un obstáculo para la innovación y sostenibilidad europea y que no tenía ninguna justificación científica, ya que un OMG no es lo mismo que un organismo editado genéticamente, que es lo que se obtiene con técnicas como el CRISPR.
Los ministros británicos han manifestado su desacuerdo con la decisión del TJUE y han declarado que la opinión del gobierno británico sobre los organismos editados genéticamente no deberían estar sujetos a la regulación de OMGs ya que los cambios en el ADN que se realizan con las tecnologías CRISPR podrían haberse producido de forma natural o mediante métodos de reproducción tradicionales.
El presidente de APPG, Julian Sturdy MP, ha dicho que las enmiendas propuestas al Proyecto de Ley de Agricultura “liberarían” al sector agroalimetnario británico y permitirían a los “fantásticos investigadores británicos desarrollar rasgos que respalden sistemas agrícolas más sostenibles en las partes menos desarrolladas del mundo”.