El USDA Foreing Agricultural Service lanza periódicamente a través del Global Agricultural Information Network informes sobre la situación de la biotecnología agraria en los distintos países del mundo. El pasado mes de septiembre lanzó un amplio grupo de informes (acceso a los informes aquí) entre los que se analizaban los principales países de la Unión Europea. Ahora le ha tocado el turno a China en el último documento publicado, en el que se analiza el papel de la biotecnología agraria, su valor y su repercusión económica.
Según el informe, China es uno de los mayores productores e importadores de cultivos modificados genéticamente (MG) o transgénicos de todo el mundo. De hecho en 2014 fue el sexto país con mayor cultivo de semillas biotecnológicas del mundo, con 3,9 millones de hectáreas. Pese a su gran apuesta y a que el algodón Bt es su mayor cultivo biotecnológico en los últimos años no ha aprobado el cultivo de ninguna variedad nueva. Actualmente el gobierno chino se encuentra revisando su sistema de regulación de Biotecnología.
En mayo de 2015, el Ministerio de Agricultura chino dio a conocer un proyecto de revisión de sus reglamentos de biotecnología que eliminará los largos plazos para proceder a las aprobaciones y que incluirá actores económicos y sociales en el proceso de aprobación por primera vez en la historia del país. Se cree que el siguiente cultivo MG que será aprobado en China será el del maíz, variedades desarrolladas por empresas nacionales que ya han solicitado la aprobación de las mismas. El proceso de aprobación puede tardar de tres a cinco años.
Mientras tanto, los retrasos en las aprobaciones cada vez son mayores, causando imprevisibilidad en el comercio y retrasando la adopción de nuevas variedades clave para mejorar las exportaciones del país. Se espera que tras la revisión del reglamento estos retrasos se eliminen.
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