La web italiana Contro l’Italia dei NO ha entrevistado a Nathalie Moll, secretaria general de la Asociación Europea de Bioindustrias (EuropaBio), quien ha analizado la prohibición italiana de organismos modificados genéticamente (OMGs). En la entrevista afirmó que la prohibición “viola la legislación europea y choca contra el principio de libertad de elección de los agricultores que quieran optar por una tecnología cuya seguridad para el medioambiente y la salud humana ha sido demostrada por miles de estudios científicos“.
Recordemos que el pasado 24 de abril el Tribunal Administrativo Regional de Lazio desestimó el recurso interpuesto por Silvano Dalla Libera para cancelar el decreto interministerial de 12 de julio de 2012 por el que se prohíbe la siembra del MON810 pese a que su cultivo esté aprobado en la Union Europea y cuente con todos los estudios de seguridad pertinentes. “La prohibición de OMGs sin justificación científica es ilegal”, explica Nathalie Moll, “un estado miembro no tiene libertad para decidir una autorización nacional”.
“El Tribunal Administrativo ha reiterado que el decreto gubernamental italiano no impone una prohibición sino una “moratoria” temporal. No hay sanciones para quienes siembren maíz MG en Italia. Se dio el caso de un agricultor que fue demandado por haber sembrado maíz transgénico, éste fue absuelto por el Tribunal de Udine ya que el hecho no está cubierto por la ley como delito ” , explica.
En este contexto, Nathalie Moll pone de ejemplo la prohibición francesa de OMGs, una decisión “declarada ilegal en 2008 por el Tribunal Europeo y declarada también ilegal por el Consejo de Estado Francés en 2011. El Gobierno francés no ha presentado prueba alguna que demuestre que los cultivos MGs supongan un riesgo ni para la salud humana ni el medio ambiente”.
Conviene recordar que en septiembre de 2013 el primer ministro francés, François Fillon, confirmaba que Francia mantiene vigente un acuerdo con los grupos ecologistas por el cual el Gobierno se compromete a rechazar activamente los OMGs a cambio de que los verdes hagan la vista gorda a la energía nuclear.