Los sistemas agrarios actuales se caracterizan cada vez más porque utilizan un número limitado de variedades vegetales que, en muchos casos, se han centrado en potenciar su productividad en un sistema de agricultura intensiva, con un fuerte impacto ambiental y no sostenible, y condicionada por la demanda de uniformidad de los productores mayoritarios.

Esta uniformidad y globalización tanto de la producción como del mercado son responsables, en parte, del abandono progresivo del medio rural. Asimismo, el cambio climático está intensificando los estreses abióticos, aumentando los episodios de sequía y calor. Si los cultivos siguen siendo genéticamente uniformes, puede producirse una vulnerabilidad que reducirá su productividad, mermará su calidad y contribuirá al abandono de tierras agrarias y forestales que hoy en día son rentables.

Estos nuevos retos van a implicar indudablemente una mejor adaptación de los cultivos a ambientes específicos y a nuevas condiciones agroclimáticas (suelo y clima), y el desarrollo de nuevas tecnologías aplicadas a la producción agrícola. El aprovechamiento de la biodiversidad de los cultivos será clave para ampliar la estrecha base genética de las variedades cultivadas actualmente y el desarrollo diversificado de nuevas variedades resilientes y productivas que permitan mantener la rentabilidad de los sistemas agrarios a la vez que contribuyen a mitigar los efectos del cambio climático.

Por ello, la producción agrícola sostenible es un reto estratégico en los planes de investigación europeos, nacionales y autonómicos. Así, en el marco de los proyectos de investigación se han desarrollado materiales de premejora vegetal, que están conservados y en muchos casos documentados, y que serán de gran utilidad para ampliar la base genética de los cultivos. El inconveniente es que esta información no está centralizada y estandarizada y tiene poca visibilidad, lo que dificulta enormemente el acceso a estos recursos para desarrollar nuevas variedades vegetales productivas y sostenibles.

El Grupo Operativo FITONET pretende establecer las bases para crear una red social profesional dinámica centrada en el uso de los recursos fitogenéticos donde investigadores, agricultores y el sector agroalimentario intercambien conocimientos y necesidades y colaboren en el proceso de recuperación y/o generación de nuevos cultivos y productos de calidad, sostenibles y rentables.

El proyecto está promovido y coordinado por Fundación Cellbitec, y cuenta con miembros de primer nivel como el Consejo Superior de Investigaciones Científicas CSIC-mediante la PTI AGROFOR-, Bullsoft Solutions, la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA), Grupo Da Cunha (DACUNHA), el Obrador de Creative, AGROSA y Fundación Cajamar. Dentro de este proyecto innovador, BIOVEGEN – Plataforma Tecnológica de Biotecnología Vegetal será responsable de coordinar las actividades de valorización y divulgación.

Así, FITONET tiene como objetivo implementar un sistema de transferencia de la información partiendo de una amplia red de colecciones con variedades de premejora y mejora, incrementar la diversidad genética de los cultivos para obtener productos mejor adaptados y diferenciados, desarrollar una red social profesional dinámica y generar living labs / experiencias piloto que demuestren a los agricultores, al sector agroalimentario y a la sociedad en general la importancia de utilizar la biodiversidad para obtener cultivos y productos de calidad, sostenibles y rentables. De este modo, facilitará el acceso a los recursos fitogenéticos y las variedades mejoradas, promoviendo una mayor implicación por parte de agricultores, asociaciones y empresas.

FITONET fue considerado uno de los proyectos más innovadores de los presentados en la convocatoria 2022 del programa GRUPOS OPERATIVOS, siendo propuesto para su financiación por parte del Ministerio de Agricultura. El Grupo Operativo FITONET, dotado con un presupuesto de 594.138,18 euros, está cofinanciado por la Unión Europea al 80% con cargo al Fondo Europeo Agrario de Desarrollo Rural (FEADER) y al 20% con cargo al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, siendo la autoridad de gestión encargada de la aplicación de la ayuda la Dirección General de Desarrollo Rural, Innovación y Formación Agroalimentaria (DGDRIFA).

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