La restricción de sembrar y comercializar maíz modificado genéticamente en México impuesta en 2013 fue levantada el pasado miércoles por resolución judicial. El Juzgado 12º de Distrito en Materia Civil del Primer Circuito invalidó la medida al no estar justificada por ninguna evidencia científica de riesgo para la salud humana, animal o para el medio ambiente. La polémica restricción impedía la evaluación de nuevas solicitudes así como la aprobación para siembra de cualquier maíz modificado genéticamente.
En su resolución, el juez deja sin efectos la suspensión dictada hace dos años, permitiendo al Sagarpa y Semarnat que continúen ejerciendo las atribuciones que les confiere la ley en esta materia. En sus consideraciones, el juez destaca que la suspensión iba en contra de la aplicación de la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados, normativa que garantiza la seguridad de dichos cultivos. Además, la resolución deja claro que la demandante no ha conseguido justificar ningún riesgo asociado al cultivo de maíz biotecnológico que justifique dicha decisión.
Esta definición del juez será, sin duda, un gran avance y permitirá a los productores agrícolas mexicanos hacer frente a varios de los serios problemas de plagas de insectos y de malezas que hoy enfrentan, incrementando así su productividad, rentabilidad y competitividad. Hoy México confirma que cuenta con una regulación basta y sólida para continuar con el proceso de adopción de biotecnología agrícola, sobre todo en el caso del maíz, grano básico del que anualmente se importan más de 10 millones de toneladas.
La apuesta por el maíz modificado genéticamente es clave para México, segundo país importador mundial de maíz después de Japón. México actualmente es el quinto productor mundial de maíz, con 23 millones de toneladas al año. Su consumo es de 33 millones, por lo que cada año tienen que importar 10 millones de toneladas de maíz.
Países como Argentina, Brasil, Colombia, Honduras, España, Filipinas y Sudáfrica ya han demostrado impactos positivos por la siembra de maíz genéticamente modificado, los cuales oscilan entre un 10% y hasta un 25% en la productividad, dependiendo de las variedades sembradas, las regiones y las condiciones climáticas. Hoy, el maíz GM se siembra comercialmente en más de 55 millones de hectáreas, en 17 países, alrededor del mundo y está autorizado su consumo en 65 países, incluyendo los de Europa.
[FUENTE: AgroBio México]
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