Mark Lynas transgenicos rechazo biotecnologia

El ambientalista británico ex activista anti-transgénicos Mark Lynas ha animado a India a seguir apostando por la biotecnología agraria para garantizar la seguridad alimentaria del país. Así se pronunció el periodista británico en el taller técnico celebrado el pasado 20 de agosto en Nueva Delhi (India). En su intervención afirmó que si se quiere ganar la batalla por la seguridad alimentaria es necesario que los investigadores tengan la libertad de usar las herramientas de la ciencia moderna.

Lynas añadió que los agricultores de todo el mundo deberían poder ser libres de elegir las variedades de cultivos que deseen cultivar y que mejor se adapten a sus condiciones. En esta línea añadió que el mismo Norman Borlaug fue un defensor firme de la Biotecnología ya que nunca quiso que su revolución acabase con él.

Desde su punto de vista los científicos deben demandar a los políticos la necesidad de dejar de lado la guerra sensacionalista sobre si se debe o no apostar por los transgénicos y trabajar por impulsar esta tecnología y eliminar la percepción errónea que se ha vendido a la sociedad sobre ella.

Para Lynas sería una traición hacia Borlaug el impedir a los científicos usar las herramientas que ofrece la Biotecnología para mejorar la seguridad alimentaria mundial. El caso de la India es uno de los más destacados del mundo en el uso de cultivos transgénicos. De ser un país importador de algodón, India ha pasado a ser el segundo país del mundo en producción y exportación de algodón gracias a las semillas transgénicas.

MARK LYNAS

Mark Lynas era conocido internacionalmente por encabezar las campañas anti-transgénicos en Reino Unido durante dos décadas. El pasado mes de enero, el ambientalista se arrepintió públicamente de haber ayudado “a demonizar una importante opción tecnológica que puede utilizarse en beneficio del medio ambiente”.

Mark Lynas pidió perdón por su postura anti-transgénica que se basaba en “leyendas urbanas verdes” siguiendo un “movimiento explícitamente anticiencia.” El ambientalista se reconoció anvergonzarse de “haber pasado varios años destrozando cultivos transgénicos,” una acción que considera “inmoral e inhumana.”

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