La Asociación General de Productores de Maíz de España (AGPME) ha reclamado hoy a las administraciones públicas poder desarrollar la biotecnología en la agricultura “con libertad” y que los políticos no la utilicen en cuestiones localistas y como moneda de cambio.
Así lo ha manifestado hoy Esteban Andrés Soto, técnico de AGPME, en una rueda de prensa, organizada por la Fundación Antama para valorar los datos hechos públicos ayer sobre superficie de cultivos biotecnológicos en el mundo en 2007. Ha denunciado que la Unión Europea está entrando en un “arriesgado déficit” de materias primas teniendo que importar para consumo humano y animal aquello que prohíbe producir en su territorio.
Francisco Javier Fernández, de Probío, un grupo de agricultores que defiende el uso de la biotecnología, ha insistido en que la biotecnología aplicada a la agricultura reduce costes de producción y aumenta la productividad. Ha considerado una “injusticia” las trabas interpuestas para la aprobación de este tipo de cultivos que, en su opinión, han demostrado que pueden coexistir con los convencionales y ecológicos y no suponen un peligro para la salud humana o el medio ambiente.
Durante la rueda de prensa, que ha tenido lugar en la Feria Internacional de Maquinaria Agrícola en Zaragoza, el director de Biotecnología de Monsanto, Carlos Vicente, ha destacado que el pasado año 23 países han adoptado cultivos transgénicos, de los cuales la soja se encuentra a la cabeza, seguida del maíz, el algodón y la colza. También ha hecho hincapié en que el crecimiento de los transgénicos en los países en vías de desarrollo ha sido de un 23 por ciento frente al 6 por ciento registrado por los desarrollados.
La superficie mundial de cultivos biotecnológicos aumentó un 12 por ciento en 2007, hasta alcanzar 114,3 millones de hectáreas, 12,3 millones más que el año anterior. Por países, ocupa el primer lugar Estados Unidos con 57,7 millones de hectáreas, seguido de Argentina (19,1 millones de hectáreas), Brasil (15 millones de hectáreas) y Canadá (7 millones de hectáreas). En el caso de la Unión Europea (UE) la superficie ascendió a 110.077 hectáreas, un 77 por ciento más que el año anterior, siendo España el principal país en el cultivo de organismos modificados genéticamente con 75.148 hectáreas.