La Asociación de Comunicadores de Biotecnología y SEBIOT celebró ayer, 10 de marzo de 2022, una sesión divulgativa virtual sobre Biotecnología Industrial aplicada a la alimentación. Un encuentro con la participación de profesionales del sector en la que analizaron las calves de la biotecnología blanca aplicada a la alimentación y su comunicación a la sociedad. Francisco Valero, catedrático en el Departamento de ingeniería Química, Biológica y Ambiental de la Universidad Autónoma de Barcelona, fue el encargado de arrancar el evento presentando este color de la biotecnología.

Valero definió la Biotecnología Industrial como “la gama que se dedica a la producción industrial de productos biológicos a partir de microorganismos para producir productos que en principio son más fácilmente degradables, que requieren menos energía y que generan menos desechos”. Las ventajas de esta rama biotecnológica está haciendo que sufra un crecimiento exponencial, con aplicaciones sobre todo en bioingeniería, alimentación e ingredientes farmacéuticos y cosméticos.

En esta línea explicó que muchas veces la Biotecnología Industrial hace uso de organismos modificados genéticamente, sobre todo para ingredientes farmacéuticos y para la elaboración de enzimas industriales. Puso ejemplos como las hamburguesas vegetales con aspecto carnoso o la producción de proteínas de la leche para nutrición humana. Recordó que “en el siglo pasado la ingeniería de bioprocesos alimentarios era muy limitada, se sabía muy poco de lo que pasaba dentro de un bioreactor, pero que con la biología genética esto ha cambiado, se ha producido un cambio de paradigma”.

COMUNICACIÓN DE BIOTECNOLOGÍA INDUSTRIAL

Gema del Caño, farmacéutica y divulgadora y experta en Biotecnología y seguridad alimentaria, analizó las claves de la comunicación en torno a la biotecnología industrial y lo hizo con el bulo de que la carne y la leche tienen antibióticos y su consumo efectos negativos. Resaltó el valor de desconextualizar el bulo, explicando que no usar antibióticos con los animales es una crueldad. Hay que explicar la realidad, que a día de hoy el control de su uso en animales está controladísimos y solo se usan sin son necesarios.

También hay que aclarar confusiones y dejar claro que las malas prácticas que pueden suceder en un grupo reducidísimo de ganaderos no representa la realidad. Y hay que tener mucho cuidado en no mezclar temas, si hablamos de antibióticos no hay que hablar de otros aspectos como macrogranjas o el impacto ambiental, cada tema debe ser tratado a fondo individualmente. Además, hay que identificar a la gente que incluso teniendo datos que desarman su postura van a seguir pensando lo mismo, grupos con los que dialogar no llega a ningún sitio.

“En Europa podemos presumir de la mejor seguridad alimentaria del mundo”, resaltaba Gema del Caño. Quien recordó que la presencia de antibióticos en carne y leche está regulada por el Reglamento 37/2010 y resaltó que la biotecnología ofrece tests rápidos para detectarlos. “Si se encuentran restos de antibióticos en la leche se devuelve al ganadero, no se le paga, éste tiene que destruirla, e incluso puede ser demandado”. Es un tema importante en l que nadie se la juega.

Concluyó recordando que “estamos poniendo el foco en los alimentos cuando el consumo directo de antibióticos en personas es notablemente superior al que se usa en animales”. En esta línea resaltó que “la biotecnología cambiará el mundo, y si no queremos que el mundo cambie a la biotecnología tenemos que contar en qué consiste de forma muy clara”.

BIOTECNOLOGÍA EN LA UNIÓN EUROPEA

Bosco Emparanza, fundador y CEO de la empresa MOA Foodtech, afirmó que “cuando estas tecnologías sean asequibles va a haber una disrupción total”. Y resaltó que los comunicadores y las empresas están dando un mensaje erróneo ya que la biotecnología está presente en el día a día del ciudadano desde hace muchos años pero no son conscientes de ello, de ahí la importancia de comunicar. “Cuando te inyectas insulina nadie dice que es insulina artificial. En el mercado se está diciendo que la carne del laboratorio es falsa, pero ¿por qué no decimos que es ‘carne sostenible’?. Deberíamos hacer un trabajo interno de cómo comunicar para ser líderes”.

En línea a los últimos avances den biotecnología industrial alimentaria, Bosco Emparanza resaltó que hace años era impensable imaginar un teléfono sin cable o un coche sin gasolina. Es el momento de pensar en una industria cárnica y láctea sin animales. Pero se requiere una apuesta firme de la Unión Europea, que aún se mantiene cerrada a la biotecnología. “Conozco muchas empresas que se están yendo de Europa por el problema regulatorio de los organismos modificados genéticamente. Se están yendo a Singapur, Israel o Estados Unidos, porque Europa no está a favor de esta tecnología. Es un tren que perdimos hace muchos años pero que siempre estamos a tiempo de retomar”.

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