Cada año, en torno a 18 millones de agricultores en todo el mundo siembran semillas modificadas genéticamente. A pesar de que la gran mayoría de los agricultores europeos no pueden cultivarlos, la Unión Europea es uno de los mayores importadores de productos agrícolas derivados de OMGs. De hecho, la soja que la UE importa cada año pesa tanto como toda la población europea. Antes de llegar al mercado, todos los cultivos MG pasan por un riguroso y costoso proceso de evaluación de su seguridad. En la UE, esta evaluación la lleva a cabo la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), aunque sus procedimientos cada vez son más lentos y luego no son tenidos en cuenta a la hora de legislar. Para analizar esta situación, EuropaBio lanza estas dos infografías que analizan los costes de un proceso que está frenando el avance de esta tecnología. Pinchando en las siguientes imágenes accedéis a las dos inforagrías completas.

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