Editorial de The times of India, 16 de Julio de 2009

“El gobierno indio planea introducir alimentos genéticamente modificados, en particular el tomate, el brinjal y la coliflor, para ayudar a cumplir los objetivos de producción de alimentos en tres años. El Consejo Indio de Investigación Agrícola, junto con el Departamento de Biotecnología, ha aprobado estos tres cultivos que actualmente se encuentran en distintas fases de los ensayos. Es la primera vez que la India realiza experimentos de modificación genética en los alimentos, hasta la fecha sólo se permitía el uso de algodón transgénico.

En los últimos años el consumo mundial de alimentos ha sobrepasado la producción, provocando así un desproporcionado aumento de precios de los alimentos durante 2008. Además, la recesión mundial ha afectado especialmente a los países en desarrollo, que se sitúan por debajo del umbral de la pobreza una vez más.

La Organización para la Agricultura y la Alimentación afirma que en la actualidad hay mil millones de personas que no tienen suficiente para comer (menos de 1.800 calorías por día), lo que supone un incremento de 100 millones más que el año pasado. La crisis internacional afectó directamente a la alimentación y en países como Haití llevó incluso a un golpe de Estado. ¿Es éste el futuro que queremos?

La India se enfrenta al reto de proporcionar alimentos a miles de millones de personas. Ante esta situación la biotecnología se presenta como la única vía factible y segura para producir suficientes alimentos para todos. ¿Vamos a dejar que el temor inargumentado cierre un área de la ciencia que promete resolver este problema y salvar a millones de personas del hambre?

India no puede, en conciencia, renunciar al impulso de la tecnología moderna. La crisis alimentaria es real y más inmediata de lo que nos pudiera gustar. Con el cambio climático y la disminución de los recursos hídricos, es imprescindible que se exploren todas las opciones disponibles para aumentar la producción de alimentos.

Los alimentos modificados genéticamente pueden y deben ser etiquetados como tales para que los consumidores tengan la opción de elegir. Pero debemos recordar que mientras que los alimentos transgénicos no han matado a nadie el hambre arrebata cada día muchas vidas.”

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