La Comisión Europea (CE) aprobó el pasado 20 de mayo su proyecto legislativo para la revisión de la Política Agraria Común (PAC), con el que arranca la verdadera negociación de los países de la UE sobre la política que más absorbe del presupuesto comunitario, 55.800 millones de euros, con España como segundo país receptor (6.681 millones en 2006), según informa EfeAgro.
Las reforma o “chequeo médico” de la PAC va a estar marcada por la situación actual de carestía de alimentos a escala mundial y el consiguiente encarecimiento. En este sentido, la comisaria europea de Agricultura, Mariann Fischer Boel, ha asegurado que su propuesta “responde perfectamente a esos retos”. Aparte, la CE ha dado a conocer un conjunto de propuestas para paliar los precios alimentarios, entre las que además de la PAC incluye una mayor vigilancia a los supermercados o ayuda agrícola a los países más necesitados.
Sin embargo, la revisión de la PAC propuesta ahonda en medidas para la agricultura europea que empezaron a aplicarse en 2003, momento en que la situación del campo, de los precios agrícolas y de los mercados era muy diferente a la actual. El documento de Bruselas plantea un incremento del recorte o “modulación” de las ayudas directas, con vistas a destinar ese dinero a las llamadas políticas de desarrollo rural .
Bruselas pretende que el recorte llegue al 13% de la ayuda en 2013, para los que perciben primas superiores a los 5.000 euros y que sea superior para los grandes terratenientes, que obtienen subsidios de más de 100.000 euros. En España, de los 897.170 productores que reciben ayudas solamente un 23% se verían afectados por el incremento de los recortes.
Cuando Bruselas presentó sus primeras ideas para la reforma en noviembre, estas reducciones, adquirieron cierto protagonismo, pero ahora, aparte de que se han suavizado las rebajas para los terratenientes, el aspecto más preocupante es el impacto en la oferta de alimentos, como han manifestado España o Francia.
Sin embargo, los estados agrícolas como España temen que al desaparecer la condición de producir, se desincentive al sector a seguir su actividad, especialmente a los ganaderos que han sufrido más el encarecimiento de las materias primas agrícolas y de los piensos y en consecuencia, se reduzca la oferta alimentaria.
La revisión de la PAC prevé también la eliminación definitiva de una medida, que en estos momentos está interrumpida, precisamente por la situación de los precios: se trata del llamado barbecho obligatorio, por el cual el agricultor tenía que dejar sin sembrar un 10% de su superficie de cultivo.
Los países de la UE negociarán la reforma durante el segundo semestre y la intención es aprobarla en el mes de noviembre. La reforma podría empezar a solaparse con los debates de la UE sobre el presupuesto general.