Están aumentando los factores de riesgo que podrían convertir la actual crisis alimentaria en una futura crisis mundial de disponibilidad de alimentos. QU Dongyu, Director General de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), habló sobre este problema a los responsables políticos internacionales en la Reunión Conjunta de Ministros de Finanzas y Agricultura del G20, resaltando que “debemos trabajar todos juntos para evitar ese escenario”.
El Director General de la FAO señaló la pandemia de COVID-19 y la guerra en Ucrania como dos crisis mundiales sucesivas que han llevado a una grave crisis de acceso a los alimentos. Además, el índice de precios de los alimentos de la FAO indica el aumento del precio de los productos alimenticios comercializados internacionalmente.
El Director General advirtió de que, previsiblemente, los principales factores impulsores de las crisis alimentarias persistirán en 2023, cuando el elevado coste de la energía, la producción y el comercio podrían conducir a los agricultores a “producir menos, exportar menos y ganar menos”, lo que daría lugar a una crisis de disponibilidad de alimentos.
Los factores de riesgo, como la disminución de las existencias de algunos productos básicos, los costes más altos de energía y los fertilizantes, las malas condiciones climáticas en varios países productores clave, las incertidumbres relacionadas con las políticas comerciales y el conflicto en curso en Ucrania son por tanto motivos de preocupación.
Con estos crecientes problemas alimentarios, pidió a los ministros que se centren en apoyar el acceso a los alimentos para todos los países y poblaciones pobres y vulnerables, ampliando los programas de protección social y la asistencia humanitaria, y comprometiéndose con un mercado y un comercio global abiertos, predecibles y que funcionen bien. También alentó a los Ministros de Hacienda a mantener un diálogo estrecho con los Ministros de Agricultura de los miembros del G20.