En el marco del webinar de la Asociación de Científicos españoles en la República Federal de Alemania (CERFA Vegetal) sobre organismos modificados genéticamente en Europa, el bioquímico y divulgador José Miguel Mulet explicó papel de la biotecnología agroalimentaria y cómo ésta es solo un paso más en un proceso de mejora vegetal que se inició con el origen de la agricultura para obtener los alimentos que quería el hombre.

Recordó que llevamos desde el neolítico cambiando y alterando los alimentos. “Llevamos milenios modificando alimentos con las herramientas que hemos tenido en cada momento, y cuando hemos aprendido a hacer transgénicos esta modificación no han parado”, explicó, recordando que con estas nuevas técnicas se consigue una mejora más precisa que con los métodos tradicionales.

“Los injertos existen desde la Edad de Bronce y desde ese momento se producen intercambios de genes. Llevamos haciendo ingeniería genética desde el Neolítico y no pasaba nada, incluso haciéndolo a ciegas”, añadió, reconociendo el sinsentido de estar en contra de la biotecnología agroalimentaria cuando el hombre lleva haciendo lo mismo desde los orígenes de la agricultura, y haciéndolo de una forma menos precisa y segura.

“Cuando somos una sociedad opulenta que no pasa hambre te puedes permitir el lujo de oponerte a los transgénicos”, resaltó, reconociendo que “mientras los científicos y las empresas hemos estado callados los ambientalistas y los políticos han hecho campañas de desinformación sobre los transgénicos”.

Recordó además que en el debate de la comida se parte de la base de que la comida es natural y la biotecnología antinatural. Cuando nada de lo que comemos a día de hoy es “natural”, incluso antes de que surgiera la biotecnología. La gente duda de la biotecnología en alimentación pero no duda de ella en el resto de ámbitos. “Los que desinforman sobre la biotecnología agroalimentaria luego no te dicen que las vacunas y los medicamentos son transgénicos”, concluyó.

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