Un grupo internacional de científicos han secuenciado genoma del cacahuete, resultado de cinco años de investigaciones en las que han participado científicos de todo el mundo. “Secuenciar el código genético del cacahuete ha resultado ser una labor especialmente difícil, pero el resultado es uno de los mejores que se hayan conseguido”, explica Steve Brown, director ejecutivo de The Peanut Foundation (IPF). “Ahora tenemos un mapa que ayudará a los fitomejoradores a incorporar características deseables que beneficien a los productores y procesadores y, lo que es más importante, a los consumidores”.
Este descubrimiento brinda a los científicos la capacidad de encontrar genes beneficiosos en cacahuetes cultivados y silvestres para uso en el desarrollo de nuevas variedades. Estos rasgos pueden conducir a mayores rendimientos, menores costos de producción, menores pérdidas por enfermedades, rasgos de procesamiento mejorados, más nutrientes, seguridad mejorada, mejor sabor y prácticamente cualquier cosa que esté genéticamente determinada por la planta.
“La calidad e integridad de la secuencia del genoma del cacahuete excede a cualquier genoma secuenciado hasta la fecha que se haya producido para una planta de cultivo tetraploide. Es mucho más completa que nuestros ensamblajes de algodón”, explica Jeremy Schmutz, codirector del Centro de Secuenciación del Instituto.
En 2012, la industria estadounidense del cacahuete instó a The Peanut Foundation a iniciar un programa de investigación para mapear el código genético de la planta del cacahuete. Ese fue el origen de la Iniciativa Internacional para el Genoma del Cacahuete (IPGI), el proyecto de investigación más grande jamás financiado por la industria. Los cacahuetes son un alimento básico en las dietas de todo el mundo.
“Los cacahuetes ya son más sostenibles y asequibles que cualquier fruto seco disponible hoy en día, y los consumidores los eligen por su sabor y familiaridad”, explica Bob Parker, presidente y CEO de National Peanut Board. “No sé si alguno de nosotros puede prever plenamente lo que este avance significa para nuestra capacidad de cultivar más cacahuetes con menos recursos para alimentar al mundo. Pero estoy emocionado solo de pensar en las promesas que tenemos por delante”.
[FUENTE: The Peanut Foundation + ChileBio]