Tras tres años de investigación, un equipo de científicos norteamericanos ha logrado descifrar casi la totalidad del genoma del maíz, un avance que permitirá producir mejores variedades para responder a las crecientes necesidades alimentarias y de biocarburantes. Los primeros resultados detallan aproximadamente el 95 por ciento de la composición del mismo y se prevé alcanzar el cien por cien en este mismo año.

El maíz objeto de esta investigación ha sido la variedad de alto rendimiento BT73, desarrollada por los servicios de agricultura del Estado de Iowa hace varias décadas. El trabajo ha sido complicado principalmente por el tamaño del genoma y por la complejidad de las contribuciones genéticas. Aproximadamente el 80 por ciento de los segmentos del ADN son repetidos mientras que el genoma del maíz cuenta con 50.000 a 60.000 genes, aproximadamente dos veces la cantidad que conforma el genoma humano.

Según Richard Wilson, director del Centro de Secuenciación del Genoma de la Universidad de Washington, este avance es muy relevante, “ya que los científicos podrán analizar de manera precisa y eficaz el genoma de la planta para encontrar medios de mejorar su cultivo y de incrementar su rendimiento, así como su resistencia a la sequía y a las enfermedades. Todavía faltan algunas pequeñas partes del genoma pero virtualmente toda la información está allí”.

El maíz es el cereal más cultivado en el mundo, por delante del arroz y del trigo. Es además el segundo mayor alimento, después del arroz, cuyo genoma ha sido descifrado. Estados Unidos abastece actualmente el 44 por ciento de la población mundial, con más de 282 millones de toneladas. En comparación, el genoma del arroz es mucho más pequeño, pues contiene unos 430 millones de bases.

“La decodificación del genoma ayudará a descifrar los secretos de la biología del maíz, informaciones que pueden ser utilizadas para encontrar los genes que vuelven, por ejemplo, al maíz más nutritivo o más productivo de etanol”, señaló Ralph Quadrano, biólogo de la Universidad de Washington en St Louis.

Por su parte, Arden L. Bement Jr., director de la National Science Foundation (NSF), afirmó que “completar este proyecto de secuencia del genoma de maíz constituye un significativo avance científico, pues con ello se podrá fomentar el crecimiento de la comunidad agrícola y la economía en su conjunto”.

Hasta la fecha, el proyecto ha tenido un coste de 29,5 millones de dólares y está financiado por la National Science Foundation (NSF), el Gobierno de Estados Unidos a través del Departamento de Agricultura, y el Departamento de Energía. Los científicos que forman el equipo investigador pertenecen al Laboratorio Cold Spring Harbor de Nueva York, así como de las universidades de Iowa y Arizona.

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