Científicos de la Universidad de Birmingham han creado una planta que rechaza su propio polen así como el polen de sus parientes cercanos. La autopolinización es un proceso no deseado en las plantas, ya que da lugar a la endogamia y la descendencia menos saludable. El equipo de investigación tomó un Arabidopsis Thaliana auto-fértil y consiguió que fuera autoincompatible transfiriendo sólo dos genes de amapolas. Estos genes permiten a la planta receptora reconocer y rechazar su propio polen sin impedir la polinización con otras plantas.
Es crucial el papel doble que juegan dos proteínas de auto-incompatibilidad: PRP y ERP. Con anterioridad ya se había transferido el gen PRP de la mapola de campo a la planta de Arabidopsis Thaliana, pero ahora los investigadores han ido un paso más adelante y han introducido el gen ERP. El desarrollo ha demostrado que las plantas con ambos genes expresan la capacidad de rechazar el polen propio a la hora de ser polinizadas.
Los investigadores han demostrado que las plantas Arabidopsis Thaliana modificadas genéticamente rechazan completamente su polen, lo que demuestra por primera vez en la historia que sólo estos dos genes de amapola son suficientes para crear una incompatibilidad propia en especies con una distancia evolutiva de más de 100 millones de años.
El profesor Noni Franklin-Tong, de la Universidad de Birmingham y autor principal del estudio, ha reconocido que “este es un logro importante, ya que ha sido un objetivo importante de la investigación sobre plantas durante décadas (…) Nuestros resultados abren preguntas sobre cómo han evolucionado las redes de señalización de la planta, ya que sugiere que mediante el establecimiento de estos dos genes podemos tener otra vía de señalización y el resultado fisiológico que se especifique”.
“A menudo me han preguntado por qué estábamos trabajando en la amapola, que no está relacionado con ninguna planta de cultivo, ya que se supone que uno tendría que usar genes estrechamente relacionados de los familiares de las plantas de cultivo para lograrlo. Ahora podemos decir que nuestra persistencia ha dado sus frutos”, concluye el experto.
[FUENTE: Universidad de Birmingham]