El director de Economía Agraria y Sostenibilidad de Monsanto, Michael Doane, prevé que harán falta 120 millones de hectáreas adicionales en los próximos 40 años para poder producir los alimentos necesarios para responder al incremento de la demanda de la población mundial.
Así lo ha manifestó Doane en una entrevista concedida a Efeagro, tras reunirse en España con expertos de la “Plataforma Tecnológica de la Agricultura Sostenible” y trasladarles el informe “Field to market”, elaborado por agentes de la cadena agroalimentaria y que analiza una serie de indicadores para calcular la huella medioambiental de la agricultura en el planeta.
Doane precisó que, mientras el crecimiento de la demanda de alimentos es de entre el 3 y el 5 por ciento anual, el incremento de los rendimientos de los cultivos es cercano a un 1 por ciento, por lo que considera clave que éstos aumenten también para cubrir las carencias.
Además, insistió en que la población está creciendo y que millones de personas pasan hambre en la actualidad, por lo que el reto es producir los alimentos necesarios para cubrir sus necesidades sin que suponga un impacto medioambiental.
En esta línea aseguró que hay evidencias de que cuando los agricultores pueden elegir las mejores tecnologías y equipos se mejoran los niveles de producción, se consigue conservar los recursos y se mejora su calidad de vida.
Asimismo, defendió que la tecnología no es un factor limitador y que el avance tecnológico es más rápido que hace 10 años, por lo que consideró que lo que frenará la superficie de cultivo serán las políticas en vigor de muchos países.
La aplicación general de la biotecnología desde el comienzo de su uso ha supuesto, según Doane, que los agricultores hayan obtenido unos beneficios de 10.100 millones de dólares y 137 millones de toneladas de cultivo adicionales.
Además, precisó que su aplicación también ha representado una reducción de 359.000 toneladas de pesticidas y la eliminación de 14,76 millones de toneladas de gases de efecto invernadero, por ahorro de combustible.
Resultados del informe
En relación con el informe “Field to market”, explicó que se basa en la identificación de indicadores que miden los efectos medioambientales, para la salud y socioeconómicos de la agricultura en Estados Unidos.
Especificó que se han analizado cuatro cultivos prioritarios -soja, trigo, maíz y algodón-, que representan el 70 por ciento de la superficie agrícola de Estados Unidos, y que se han evaluado cinco indicadores medioambientales, que son el uso de superficie cultivo, la pérdida de suelo, la utilización del agua de riego y de energía y la emisión de gases de efecto invernadero.
Doane ha indicado que si bien en 100 millones de hectáreas de cultivo en Estados Unidos se ha observado una reducción del impacto medioambiental, existe la percepción de que la agricultura intensiva es perjudicial para el medio ambiente, por lo que, ha añadido, es necesario continuar la investigación para entender mejor cómo se produce.
No obstante, ha recalcado que los primeros datos indican que la agricultura es, probablemente, la actividad que más puede hacer a nivel global para reducir el impacto medioambiental de la actividad humana.