Sevilla acogió en el día de ayer el IV Congreso de la Asociación de Comunicadores de Biotecnología (BioComunica 2018), en el que se habló de biotecnología y fake news, uno de los males que están afectando a la comunicación científica, con un gran impulso derivado de la difusión de las redes sociales. El panel, moderado por José A. Plaza (redactor de Diario Médico), participaron Ángela Bernardo (redactora en Fundación Civio), Daniel Mediavilla (Redactor de Materia, El País) y Jesús Méndez (Escritor y periodista científico). Una mesa en la que se resaltó que las noticias falsas han existido siempre, sólo que ahora tienen una difusión más fácil a través de la comunicación digital.

Daniel Mediavilla explicó que todos creemos determinadas cosas porque nos hacen sentir mejor, todos queremos creer en algo y consumimos medios como vía para relacionarnos con el mundo. “Si lees un medio que confirma tus prejuicios lo vas a leer más. Ahí se apoyan las fake news, que son noticias falsas diseminadas a propósito. Otra cosa es la posverdad, donde lo que importa es lo que tú sientes de una afirmación determinada, incluso aunque no sea verdad.” Por todo esto es muy difícil luchar contra ellas, porque es luchar contra el deseo de creer del usuario.

Por su parte, Ángela Bernardo recordó que informaciones falsas han existido siempre, y que aunque las redes sociales hayan sido muy positivas para la comunicación para llegar a más gente también han permitido difundir noticias falsas de forma más rápida. Profundizando en la raíz de estas fake news, recordó que la responsabilidad no es exclusiva de los medios, sino que se propagan informaciones contaminadas desde otras partes, incluidos los propios científicos y los centros de investigación. “Los medios tienen que hacer un trabajo de información, no de formar la ciudadanía”, resaltó.

En esta línea Jesús Méndez reconoció no ver separación entre información y formación por parte de la labor del periodista, “para que el contenido llegue tienes que explicar determinados conceptos, estás indirectamente formando al lector.” Y calmó los ánimos reconociendo que pese a que sean muchas las fake news que podemos encontrar en Internet, “solo uno de cada diez personas usan las redes sociales como fuente de información principal.” Y llamó la atención sobre el valor que tiene el que el usuario sepa cómo buscar información y qué es verídico o no.

Para concluir, José A. Plaza se mostró tajante al afirmar que los medios de comunicación “no somos el canal adecuado para formar a la sociedad, aunque lo hagamos indirectamente. Si nos ponemos al servicio de la educación y la formación perdemos la independencia.”

En el turno de preguntas, se analizó de quién es la responsabilidad de luchar contra las fake news, coincidiendo en que los medios no son responsables exclusivos de educar al ciudadano, debería ser una acción conjunta con la Administración, científicos y centros de investigación. Porque la labor principal de los periodistas no es divulgar, igual que tampoco lo es la de los científicos. Se resaltó también que la ciencia se debe aprender desde el colegio.

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